El acebo es otra planta navideña muy frecuente en las mesas que celebran la llegada del Niño Jesús. Sus pequeños frutos rojos la transforman en la planta perfecta para esta época del año, bonita y muy decorativa.
Por estos días, ya es posible comenzar a verla en escaparates y mesas así es que no olvides tener tu acebo en casa para celebrar las fiestas.
Cómo reconocerlo
Con una cortesa lisa y hojas pecioladas y bordes dentados, el acebo es un arbusto que pertenece a la familia de las Aquifoliáceas. Es la alternativa más clásica al muérdago y tiene gran parecido con aquél.
Su vida puede ser muy larga llegando a los quinientos años pero la edad promedio es de 100 años. Las hojas verdes contrastan con los frutos que son drupas que en un primer momento son de color verde para luego adquirir un tono rojo brillante y muy característico. El fruto permanece en el arbusto gran parte del tiempo hasta entrado el invierno.
Resistente y bonito, el acebo puede alcanzar hasta 20 metros de altura aunque lo más común es encontrar ejemplares mucho más pequeños que son los que por lo general se encuentran a la venta en diciembre.
Cómo cultivarlo
Ahora bien, si quieres tener tu propio acebo en casa debes contar con un lugar en el exterior de semi sombra pues es una planta que necesita del sol aunque no pleno. Se multiplica por esquejes siendo la mejor época para hacerlo desde finales del verano a comienzos del invierno. Si se lo cultiva a partir de semillas la primavera será el momento óptimo para hacerlo.
Este arbusto tolera bien el frío y si bien se adapta a diferentes tipos de suelo, lo mejor es uno que sea ácido y bien drenado.
Lo ideal es abonar el terreno con un fertilizante rico en nitrógeno para lograr mejores resultados sumando además un acolchado en invierno. Con estos cuidados, tendrás más posibilidades de éxito.
Es un arbusto que necesita un hábitat húmedo así es que se recomienda un riego frecuente, en especial durante el verano. En invierno habrá que bajar la intensidad.
Entre las plagas que más lo atacan están los pulgones y los minadores.
