Acelga en maceta

Acelga

Tal como indica nuestro calendario de cultivos, es el momento de la acelga. Esta hortaliza, que ya sembraban los griegos en el siglo V a.C., es de cultivo fácil, prácticamente carece de plagas o enfermedades y se puede cosechar durante todo el año. Sin embargo, su periodo de siembra acaba en octubre, en cuanto empieza el frío, para evitar que le afecten las heladas. Así que es el momento de plantar acelgas si queremos disfrutar de sus hojas en invierno.

La acelga (Beta vulgaris) pertenece a la misma familia que la espinaca y la remolacha, las quenopodiáeas. Es una planta bianual que durante el primer año de cultivo desarrolla las hojas y, en el segundo, las flores. Contiene vitaminas A, C y K. Es rica en minerales, especialmente en potasio, calcio y magnesio, con lo que contribuye a prevenir la osteoporosis. Su consumo aporta acido fólico y flavonoides al organismo, que ayudan a la prevención del cáncer. Por su alto contenido en fibra, tiene propiedades laxantes y digestivas. Para disfrutar de todos sus beneficios, se recomienda que transcurra el menor tiempo posible desde la cosecha al consumo.

La acelga alcanza un tamaño considerable y un sistema radicular extenso, por lo que necesitará bastante espacio: en maceta, sobre 25 l. de sustrato; en mesa de cultivo, una distancia de separación entre plantones de 40 a 60 cm. También se pueden hacer siembras más densas con el objetivo de cosechar plantas tiernas, aunque no es lo habitual.

Cuando crezca, podremos ir consumiéndola por hojas, cortando las exteriores y únicamente las que vayamos a necesitar. Bastará con una o dos plantas para surtir nuestro huerto durante varios meses

Se pueden cultivar a partir de semilla o de plantón.  Si nos decidimos por semillas, hemos de elegir la variedad de siembra otoñal, más resistente a las bajas temperaturas. Es muy fácil sembrarla en vasitos de yogur, con el fondo agujereado, a 5 mm de profundidad. Utilizaremos una tierra para semillas, que no es más que un sustrato bajo en abono para que no queme las pequeñas raíces. Pondremos varias semillas para conservar sólo la que mejor se desarrolle. Las otras, si han brotado, las arrancamos para dejar que la seleccionada crezca fuerte. Y una vez tengamos un pequeño plantón, con 2 ó 3 hojitas, lo trasplantaremos a la maceta o mesa de cultivo.  Se puede empezar a cosechar a partir de 50-70 días, según la variedad.

Respecto a las asociaciones de cultivo, es compatible con lechuga, coles, cebolla y ajo. Evitaremos otras hortalizas de la misma familia, como la remolacha y las espinacas. Al extenderse tanto sus raíces, la planta acaba por ocupar mucho espacio, por lo que es preferible dejarla sola en maceta o, en mesa, asociarla con otras de ciclo más corto como la lechuga o el rábano.

En cuanto a plagas o enfermedades, no suele presentar afecciones. El pulgón puede atacarla, especialmente en primavera, y en épocas húmedas con temperaturas frescas, el oidio puede infectar las hojas.

Más información – Calendario de cultivos de septiembre, Las mesas de cultivo


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  1.   semillas huerta y jardin dijo

    Gracias por su información realmente valiosa

    1.    Ana Valdés dijo

      ¡Gracias a vosotros por seguirnos! Un saludo