Conocer las características de las flores de las plantas que cultivamos nos será muy útil, sobretodo si tenemos intención de conseguir frutos y/o nuevos ejemplares a coste cero. En esta ocasión, voy a contarte cómo es la flor del melocotonero, un frutal que se cultiva en las regiones templadas del mundo.
Es muy interesante, ya que está bonito todo el año: con hojas o sin ellas, con sus flores… ¡hasta con sus frutos! Pero, ¿cómo es su flor exactamente?
¿Cómo es el melocotonero?
El melocotonero, cuyo nombre científico es Prunus persica, es un árbol frutal de hoja caduca originario de Afganistán, China e Irán. Alcanza una altura de 6 a 8 metros, motivo por el cual se puede tener en todo tipo de jardines, independientemente de si son pequeños o grandes, ya que además sus raíces no son invasivas y posee un tronco más bien delgado (de unos 30-35cm).
Pero vamos a lo que nos interesa: su flor. Las flores de esta planta pueden ser solitarias o geminadas (aparecer en parejas). Poseen numerosas brácteas, que son hojas modificadas que protegen el conjunto de la flor. Los sépalos (pieza floral que forma el cáliz) son erectos enteros y los pétalos acabados en punta redondeada, de color rosado fuerte.
El ovario puede ser pubescente o glabro. Este será que el dé lugar al fruto que conocemos todos como melocotón o durazno, que es una drupa subglobosa con el mesocarpo (lo que llamamos »carne») muy carnoso.
¿Cómo se poliniza?
La tarea de la polinización recae en los insectos polinizadores, como las abejas por ejemplo. Ellos, en cuanto ven una flor abierta se dirigen hacia ella para ir a alimentarse del néctar que poseen, pero al hacerlo se llenan las patas y las antenas -y puede que el resto del cuerpo 🙂 – de polen. Parte de ese polen caerá en otra flor, aunque esta solo necesita un solo grano de polen para fertilizarse.
Luego, el ovario crecerá, madurará y dará lugar al fruto. Pero ojo, para que todo vaya como la seda el árbol necesitará agua y comida (abono orgánico) constantemente, por eso es muy importante que lo reguemos entre 2 y 4 veces por semana y lo abonemos con guano, compost, mantillo u otros desde primavera hasta otoño.