El riego siempre es una tarea complicada: si se riega poco, las plantas enseguida se secan y mueren, y si se riega mucho, los hongos las infectan y pueden acabar con ellas. Encontrar el punto medio es difícil durante los meses cálidos, pero en otoño e invierno lo es aún más si cabe ya que en muchas partes del mundo es cuando más llueve.
Para evitar que tus macetas tengan problemas durante los meses más fríos del año, a continuación te diremos cómo regar las plantas en invierno.
Comprueba la humedad del sustrato
Antes de regar es muy importante que nos aseguremos de que el sustrato no está húmedo, ya que de lo contrario acabaríamos dándole a nuestra planta más agua de la que necesita, asfixiando sus raíces. Para ello, podemos hacer varias cosas:
- Introducir un palo delgado de madera (como los que usan los japoneses para comer) en la maceta: si al extraerlo sale con poco sustrato adherido, significará que está seco.
- Usar un medidor de humedad digital: tan sólo hay que introducirlo en la maceta y enseguida veremos cómo está de húmedo. Para que sea más efectivo te recomendamos introducirlo en diferentes puntos, ya que puede ocurrir que la tierra que está más cerca del tallo principal esté más húmeda que la que está más cerca de las paredes de la maceta.
- Pesar la maceta una vez regada y de nuevo al cabo de unos días: una planta recién regada pesará siempre más que una que tiene el sustrato seco. Apuntar o memorizar el peso que tiene en cada una de las dos ocasiones nos servirá para saber cuándo hay que regar.
Estate atento/a a las previsiones meteorológicas
Esto es muy necesario si tenemos plantas en el exterior. Si regamos por ejemplo el lunes y resulta que llueve a partir del martes varios días seguidos, habrá plantas -como a las suculentas- que puede que no les siente demasiado bien. Asimismo, hay que evitar ponerles un plato debajo, y asegurarse de que el sustrato tiene buen drenaje.
Así tus plantitas soportarán mejor el invierno 🙂 .