Cuando hablamos de los geranios la mayoría de nosotros pensamos inmediatamente en aquellas bonitas plantas de numerosas flores en colores como el rojo, el rosa o el salmón. En realidad estos se denominan pelargoniums, y son los primos pequeños del verdadero geranio.
La primera diferencia que vemos entre ellos es que el geranio (geranium) es perenne, mientras que el pelargonium es anual. A este último es necesario protegerlo del frío en el interior durante el invierno. Tanto uno como el otro pertenecen a la familia de las geraniáceas (Geraniaceae), en la que el geranium se encuentra como la variedad más numerosa con más de 300 especies diferentes.
Una de las variedades más antiguas del geranio es el Geranium x magnificum, cuyas flores son de color azul violáceo, tolera la sombra y los suelos secos, sin embargo su floración es muy efímera. Otras dos novedades de menor antigëdad son las Blue blood y las Rosemoor, cuya floración dura más tiempo.
El Geranium x cantabrigiense posee numerosas flores pequeñas de color rosa o blanco, aparecen a principios de verano. Se adapta casi a cualquier condición ambiental, incluso a la plena sombra.
En los últimos años se ha invadido el mercado de diferentes variedades de geranios cultivadas in vitro. Estos cultivos sin duda están ganando popularidad entre los amantes del geranio. Entre las variedades que florecen durante todo el verano cabe destacar la Monster tiny, una derivada del Geranium sanguineum cuya vigorosidad y bonito follaje es inigualable.