En las selvas de África tropical podemos encontrar una planta trepadora, cuya flor es espectacular: la Gloriosa superba. Cada vez es más fácil encontrarla en viveros y centros de jardinería, ya sea como tubérculos o como planta.
En esta ocasión, vamos a hablar de ella.
Es una planta con raíces tuberosas que puede alcanzar los tres metros de altura. Posee unas hojas largas, lanceoladas, de color verde. En cada extremo de la hoja, desarrollan un zarcillo, el cual les permite trepar.
Sus flores son muy extrañas, muy bellas, de color rojo con borde amarillo.
La Gloriosa es una planta cuyo mantenimiento es muy bajo. Si vivimos en un clima con inviernos fríos, se comportará como cualquier planta bulbosa, es decir, se morirá la parte aérea (las hojas) y volverá a brotar en primavera. Aconsejable resguardar los tubérculos en un sitio cálido y seco. Para ello, podemos hacer dos cosas:
- Meter la maceta en interior,
- o bien sacar el tubérculo, quitarle toda la tierra y guardarlo en una bolsa en un lugar donde la temperatura no baje de 10º.
En cambio, si vivimos en una zona cálida, sin heladas, podremos tener la planta en maceta (o en tierra) todo el año.
Podemos tenerla en interior, en una habitación donde tenga mucha luz. En el exterior podemos tenerla a pleno sol o en semisombra.
Necesitará un sustrato que drene bien. Por ejemplo, una buena mezcla sería turba negra con un poco de perlita.
Con el riego habrá que ir con cuidado, ya que si es excesivo, los tubérculos se podrían pudrir. Por ello, regaremos cuando el sustrato esté casi seco. No es recomendable dejar secar del todo, aunque es preferible quedarse corto que excederse.
A la Gloriosa hay que abonarla una vez a la semana durante la floración.
Recomendable colocarle un tutor en la maceta o en tierra y atarla a él hasta que desarrolle hojas con zarcillos.
Se reproduce por semillas o bien por tubérculos. Por semillas es difícil; en cambio, la reproducción por tubérculos es muy sencilla, siempre y cuando estén en buen estado.
Imagen – Pacific Bulb Society
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