Mecanismos de defensa de las plantas

Las plantas se adaptan a las condiciones medioambientales

Imagen – Wikimedia/Frank Vincentz

Las plantas, gracias a sus increíbles y muy desarrollados mecanismos de defensa, han conseguido ganarse el papel de gobernantes del planeta Tierra. Son silenciosas, están aparentemente inmóviles, pero si no fuera por ellas las diferentes formas de vida que hoy conocemos no existirían. Nosotros, los humanos, dependemos de ellas, no sólo porque necesitamos el oxígeno que ellas expulsan, sino también para alimentarnos.

En este artículo hablaremos de las diferentes formas que tiene una planta para defenderse de factores externos: plagas, sequía, exceso de agua, exposición directa al sol… Estos detalles nos ayudarán a saber cómo cuidarlas correctamente.

Espinas en vez de hojas

Los cactus se defienden gracias a sus espinas

Imagen – Wikimedia/Luis Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga)

Si eres una planta que vive en el desierto, tu principal preocupación será cómo ahorrar la cantidad máxima de agua, pues de ella depende tu vida. Las hojas con clorofila pierden mucha debido a la respiración celular, así que no te queda otra que modificarlas hasta el punto de que se vuelvan poderosas y afiladas espinas, que además de ayudarte a perder el mínimo de líquido, te ayudarán a protegerte.

Este fue un proceso que duró varias generaciones de plantas, pero finalmente consiguieron adaptarse al medio en el que vivían (y viven) gracias a sus espinas.

Las hojas se cierran

Todos los que tenemos plantas lo hemos podido ver alguna vez: ¡la planta cierra las hojas! ¿Por qué? Los motivos son varios:

  • Está sufriendo una sequía que le obliga a plegar sus hojas sobre sí misma para evitar perder agua.
  • Un insecto quiere comer sus hojas. Aquí tenemos que diferenciar las hojas que se cierran como consecuencia de un ataque de una plaga, de las hojas que se cierran automáticamente para evitar que un insecto las devore. El primero no es un mecanismo de defensa, si no una consecuencia del ataque; el segundo en cambio sí, puesto que con esa reacción la planta consigue evitar ser comida. Un ejemplo claro de esto último lo encontramos en la Mimosa pudica, la cual cierra sus hojas en cuanto un insecto se posa sobre ella.
  • Exposición demasiado intensa al sol. Hay algunas plantas que pueden cerrar o plegar sus hojas si se da esta situación.
  • O simplemente está llegando la noche y decide cerrarlas (muchos árboles lo hacen, como por ejemplo Albizia julibrissin o Delonix regia). Es lo que se conoce como fotonastia, la cual es una respuesta de las plantas a la luz, o a la falta de ella.

Toxinas para los depredadores

Muchas plantas contienen látex para protegerse

Imagen – Wikimedia/JMK

Hay muchas plantas que tienen toxinas para defenderse. Por ejemplo, las Euphorbia o los Ficus poseen látex para disuadir a las plagas que le afectan. Este látex es una sustancia que incluso a nosotros, los humanos, nos irrita la piel, lo cual hace que tengamos que usar guantes -y mejor si son de goma- cada vez que los manipulemos.

Otras contienen sustancias aún más peligrosas. Un ejemplo claro es la cicuta, una planta que, aunque en el pasado se utilizó y no con buenos propósitos, hoy en día por fortuna su cultivo está prohibido. Esta contiene la coniína, que es una sustancia que si se ingiere puede acabar con la vida de una persona, pero también con la de muchos otros animales como cerdos, vacas, alces, caballos, pavos, etc.

Podemos hablar además de la adelfa, un arbusto con un gran valor ornamental. Posee muchas sustancias que la mantienen protegida, como la oleandrina, la cual se encuentra en las hojas y raíces. Si se ingiere, puede causar síntomas como arritmia, diarrea, náuseas y vómitos; y si la savia entra en contacto con la piel, puede irritarla hasta el punto de causar dermatitis. Si la dosis es demasiado alta, podría ser fatal. Los animales no suelen acercarse (yo misma tengo dos en el jardín, donde viven seis gatos, siendo el mayor del 2011, y nunca he visto que se quisieran comer o masticar alguna hoja).

Algunos ejemplos más son las cicas, el estramonio, o el ricino. Todas ellas saben muy bien cómo protegerse de los animales depredadores, gracias a las toxinas que producen en hojas, flores y frutos.

Etileno

El etileno es muy importante para las plantas. Se produce en todas las partes de las mismas: hojas, ramas, tronco… Sirve para defenderse de factores ambientales, además de que estimula el crecimiento de hojas y flores.

Hojas modificadas

Las hojas se adaptan con relativa rapidez al medio en el que viven. Y para esto voy a poner de ejemplo a mis propias palmeras, y en concreto a mis dos Dypsis lutescens. Fueron compradas en un vivero, donde las tenían etiquetadas como »plantas de interior». Pero como el clima es suave, decidí plantarlas en el suelo, en una esquina protegida. Con el paso de los años, las hojas se han ido fortaleciendo.

Antes era muy tiernas y se quemaban en cuanto les daba el sol »de refilón» (nunca les ha dado de manera directa); ahora en cambio aunque siguen prefiriendo la sombra, se recuperan rápido si se da el caso de que algún rayo solar impacte en ellas.

Otro ejemplo mucho más llamativo es el de las plantas carnívoras. Estas empezaron siendo plantas con hojas convencionales, pero encuentran tan pocos nutrientes en el suelo donde viven, que han tenido que modificar sus hojas hasta convertirlas en trampas para insectos.

Hojas pequeñas, o alargadas y finas

Las hojas del olivo son pequeñas para resistir la sequía

Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr

Las plantas que tienen las hojas pequeñas son aquellas que viven en zonas donde llega a hacer mucho calor, y donde además llueve poco, como las del mediterráneo. De hecho, solo encontraremos hojas realmente grandes en la selva tropical lluviosa; si bien en los bosques templados hay árboles que desarrollan de buen tamaño (30 centímetros de ancho o algo más), pero nada que ver con las de la Colocasia gigantea, por ejemplo, que vive el sur de Vietnam y que produce hojas de casi 1 metro de largo.

Y es que cuanto menos pequeña sea una hoja, menos agua necesitará para mantenerse con vida. Por lo que las plantas que tienen ese tipo de follaje pueden soportar mejor la sequía.

Las Dypsis tienen hojas pinnadas para que el agua salga rápido

Imagen – Wikimedia/Alejandro Bayer Tamayo from Armenia, Colombia

Por otro lado, tenemos las hojas alargadas y/o finas. Estas son muy curiosas, porque dependiendo también de si llueve mucho o poco, cumplirán una función u otra. Así, mientras que los Dasylirion, Yucca, etc. tienen hojas alargadas y estrechas para soportar tanto el sol directo como la falta de agua. Pero por otro lado tenemos a muchas palmeras, como Archontophoenix, Dypsis, Areca, etc., cuyas hojas, al ser en su caso pinnadas, permiten que el agua caiga rápido al suelo.

Las plantas son unos seres vivos increíbles, ¿no crees? Gracias a los mecanismos de defensa de las plantas se protegen maravillosamente bien. ¿Conoces más mecanismos de protección?


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  1.   Andrea dijo

    Los favonoles son unos componentes que tienen las oplantas que las protegen de los rayos del sol.

    P.D: Me sirvió mucho esta pag, antes solo había encontrado paginas muy extensas y redundantes, y al final no entendí nada de ellas.

    1.    Mónica Sánchez dijo

      Muchas gracias, Andrea 🙂