¿Te acabas de mudar y te has encontrado con un jardín seco? ¿Has estado un tiempo fuera y tu precioso paraíso verde se ha marchitado? Tanto si estás en una situación como en otra, te vamos a ayudar. Lo seco no podrá volver a tener vida, pero sí que puedes tener, realizando algunas tareas, el espacio verde de tus sueños.
Eso sí, antes de empezar, déjame darte un primer consejo: ten paciencia. Dependiendo de lo estropeado que esté, puede llevar más o menos tiempo reverdecerlo. Pero siendo constantes en el trabajo diario, lograrás tu propósito. Veamos cómo recuperar un jardín seco.
Pasa el motocultor (o la motoazada)
El motocultor, o la motoazada si el jardín es pequeño, te servirá para dos cosas: quitar la hierba seca y romper la capa más superficial de la tierra. Puedes hacerlo también con una azada, pero dependiendo de lo grande que sea el solar, te puede llevar mucho tiempo y esfuerzo.
Nivela el terreno
Con la ayuda de un rastrillo, nivela el terreno de manera que quede más o menos llano. En el caso de que tenga pendientes naturales que no sean muy acentuadas, puedes dejarlas para crear luego un jardín de cactus, ya que estas plantas se adaptan muy bien a este tipo de terrenos, especialmente si son arenosos.
Abona la tierra
Un jardín seco probablemente ya no tenga todos los nutrientes que las plantas ornamentales u hortícolas necesitarán para crecer, por lo que es muy importante echar una capa de unos 5-8cm de abono orgánico como humus de lombriz, o estiércol.
Después, vuelve a rastrillar para nivelar el terreno.
Haz un borrador
En un papel o en el ordenador, usando un programa de diseño de jardines, haz un borrador de cómo quieres que quede tu jardín. En él, tienes que poner, no sólo las plantas, sino también los muebles que quieres que haya teniendo en cuenta el tamaño del jardín.
Instala el sistema de riego
Si no tiene, es momento de instalar el sistema de riego para evitar que vuelva a secarse. Hay de varios tipos: por goteo, por aspersión, por exhudación, además de las convencionales mangueras y regaderas. Elige el que más se adecue a tus necesidades y hazte con él.
Planta las plantas
Una vez hecho el borrador, toca la mejor parte: ¡ir de compras! Visita los viveros que tengas cerca de casa, y escoge aquellas plantas que tengan en las instalaciones exteriores, ya que serán esas las que se adapten sin problema a vivir en tu jardín durante todo el año. Trata de escoger sólo aquellas que tengas en mente, pues de lo contrario podrías acabar teniendo una jungla (te lo digo por experiencia 🙂 ), la cual puede quedar preciosa, pero no será un jardín, digamos, ordenado.
Cuando las tengas en casa, plántalas en la ubicación que hayas escogido para ellas, teniendo siempre presente que las que se hagan más altas deben de estar detrás de las más bajas. De esta manera, todas podrán recibir la cantidad de luz solar que necesitan.
Pon algunos muebles
Los muebles quedan muy bien en todo tipo de jardines, especialmente si son grandes. Así, puedes poner un conjunto de mesa con sus sillas a juego en la terraza, unas cuantas tumbonas cerca de la piscina, algún que otro sofá debajo de la pérgola…, tan sólo tienes que decidir qué tipo de mueble quieres.
Poda las plantas del jardín
Si en tu jardín ya había plantas y están vivas, lo más seguro es que necesiten una poda de rejuvenecimiento, especialmente las trepadoras. Por ello, si acaba de finalizar el invierno, coge una sierra o serrucho, desinféctalo con alcohol de farmacia, y corta aquellas ramas que hayan crecido en exceso. En el caso de los árboles y arbustos, tienes que quitar aquellas que se vean débiles, enfermas y también aquellas que se entrecrucen.
Disfruta de tu nuevo jardín
Ahora que tienes tu jardín hecho, toca disfrutarlo. Tocará seguir cuidándolo, por supuesto, pero el »trabajo duro» ya está terminado. Puedes aprovechar para celebrarlo invitando a tus seres queridos a una comida, por ejemplo 😉 .
Espero que a partir de ahora puedas presumir de jardín, y sobretodo, pasar muchos momentos agradables en él, que a fin de cuentas es lo más importante.