Son muchas las personas que quieren saber cómo se cuida el bonsái, es decir, cómo y cuándo se alambra, cómo se poda y abona, qué plagas le afectan y cómo se pueden prevenir,… Es fundamental conocer las respuestas a todas esas preguntas, ya que de lo contrario lo más probable es que el arbolito muriera en poco tiempo.
Pero yo te voy a lanzar una pregunta: ¿sabes cómo te cuida él a ti? La respuesta a esta cuestión es el secreto mejor guardado del Bonsái. Un misterio que convierte a este Arte en una de las más singulares terapias contra el estrés.
Cuidar de un Bonsái exige tiempo y mucha paciencia. No existen los »bonsáis express», esos que se supone que se hacen en apenas un año, no. Aunque es un árbol en miniatura, no deja de ser una planta cuyos genes le dicen cómo tiene que crecer y a qué ritmo dependiendo de la estación en la que se encuentre. Si quieres entrar en este mundo debes de conocer estos ciclos, unos ciclos que, además, te ayudarán a estar más relajado/a.
Y es que este mundo recibe la influencia de la filosofía zen, tanto es así que aquellos que trabajan árboles para convertirlos en obras de arte buscan la paz espiritual. Y la consiguen. ¿Por qué? Bueno, cuando estás centrado/a en algo, y además en algo que te gusta, no piensas en nada más. Por un momento, dejas de preocuparte del futuro y te centras en lo que tienes delante: tu futuro bonsái. Al hacerlo, con el paso de los días, te vas sintiendo mucho mejor.
Y a todo ello hay que añadirle que se trata una planta, de un pedacito de naturaleza. ¿A quién no le gustaría tener algo que la recuerde? El verde relaja mucho. No es fácil trabajar un árbol, pero teniendo en cuenta lo beneficioso que es, vale la pena darse una oportunidad y vivir más tranquilo/a.