Uno de los grandes problemas de las plantas de interior es el riego. Es común que las personas se excedan en el riego, no logrando leer las necesidades de la planta y mojándola más de lo necesario.
Recordemos que por estar puertas adentro, el agua tarda más en evaporar en las plantas de interior aún cuando la tierra se vea seca en su capa superficial. El riesgo más grande de un riego excesivo es que las plantas se encharquen y sus raíces se pudran. También pueden aparecer hongos que se sienten atraídos por las condiciones de humedad.
Qué es un hidrómetro
Para evitar regar por demás algunos encuentran una solución en los hidrómetros, unos aparatos manuales que hay que colocar en la tierra y se ocupan de medir los niveles de humedad de la tierra a través de una aguja.
Estos sensores de humedad pueden servir para tal fin aunque también presentan algunas limitaciones por lo que antes de comprar uno lo mejor es saber si realmente aportan información valiosa.
¿Efectivos?
Algunos expertos afirman que los hidrómetros no son fidedignos pues el nivel de humedad ideal depende no sólo de la tierra en sí sino que está en relación con la especie, teniendo en cuenta que algunas necesitan un hábitat más húmedo que otras para vivir en condiciones óptimas.
Además, se sabe que un ojo clínico vale más que un aparato y así es como cuando se cuenta con experiencia no hace falta recurrir a un hidrómetro pues basta con remover la capa superficial de la tierra para verificar su estado general. O bien puedes observar cómo luce el pasto: si notas que la tierra está muy seca y que el pasto se aplasta al ser pisado y no se recupera es momento de regar.
A pesar de lo explicado, un hidrómetro es un salvavidas que no deja de ser útil en el caso de principiantes. Si quieren controlar el riego del césped puedes usarlo pues con sólo pinchar el césped obtendrás información sobre el nivel de humedad del suelo, incluso puedes repetir la operación al regar para así suspender el riego cuando se llegue al nivel óptimo.