Adelfa, un arbusto venenoso

Flores arbusto Adelfa

Si buscas arbustos de gran atractivo puedes dar con aquéllas especies que florecen cada año. Son ideales para cubrir grandes espacios pues sus flores son vistosas y forman un rincón diferenciado.

Hay muchas especies y variedades de arbustos, algunos sirven para setos mientras que otros son ideales para ubicar en algún lugar especial del jardín o bien para cubrir zonas con poco césped. Hoy nos dedicaremos a conocer las gracias de la Adelfa, uno de los arbustos más vistosos que puedes encontrar gracias a sus hermosas flores rosadas que abundan durante la temporada estival.

Características de la Adelfa

Adelfa, arbusto venenoso

La Adelfa es un arbusto que también es conocido como Laurel rosa o Balandre aunque su nombre científico no es otro que Nerium olander. Es originario de la cuenca del Mediterráneo por lo que puedes encontrarlo en casi todas las regiones del Mediterráneo.

Se trata de un arbusto perennifolio al que le gusta el agua y por eso su nombre pues la palabra latina Nerium deriva de Neros, que significa “Húmedo” en latín. La floración de la Adelfa se produce en la primavera aunque es larga pues continúa hasta el comienzo del otoño.

Puede alcanzar hasta 6 metros de altura y por eso es muy utilizado como seto pues puede crear espacios de privacidad y aislamiento en poco tiempo dado que además se trata de un árbol de crecimiento rápido. Si hay un riesgo a la hora de pensar en tenerlo en casa es que se trata de una planta con muchas partes venenosas, es tóxica y si la ingieren seres humanos o mascotas puede resultar letal. Recuerda que las plantas venenosas no son recomendables para tener en lugares donde conviven niños y animales.

Necesidades y cuidados de la Adelfa

Adelfa, planta venenosa

Si a pesar de las limitaciones que presenta la Adelfa quieres tenerla en el jardín recuerda que es una planta que se adapta sin inconvenientes a los climas secos y tolera las heladas siempre y cuando sean moderadas. Lo más recomendables es protegerla o mantenerla a resguardo durante las temporadas más frías del año disminuyendo el riesgo para evitar que las hojas marchiten.

En cuanto al suelo, lo mejor es que crezca en un suelo con buen drenaje. El riesgo debe ocurrir cada 5 días en verano espaciándolo llegado el invierno a un riego cada 10 o 15 días. Es un arbusto resistente a la sequía así es que no requiere gran dedicación en este sentido.

En el verano, se recomienda aplicar un abono y también es aconsejable realizar varias podas al año para así favorecer el crecimiento de la planta.


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