
Seguro que nada más verla te enamoras de ella, es amor a primera vista. La puedes encontrar en las secciones de cactus y suculentas en los centros de jardinería entre la gama amplia de variedades de las que disponen.
Sí. Una suculenta, o sea, que apenas necesita cuidados y además es bonita y original. Tres características que suelen acompañar a este tipo de plantas, por lo que cada día están más presentes en la decoración de nuestras viviendas y jardines. Si buscas más opciones interesantes, consulta nuestro artículo sobre plantas pequeñas con hojas llamativas.
¿Cómo es la Albuca spiralis?
La Albuca spiralis pertenece a la familia de las Asparagaceae y donde encontramos el género Albuca. Este agrupa a más de 60 especies de plantas bulbosas caducifolias, originarias de Sudáfrica. Es conocida también de forma más común con el nombre de Albuca espiralada.
Su bulbo mide unos 5 centímetros de diámetro y sus hojas surgen en roseta. Son curiosamente retorcidas en espiral de un color verde brillante y de ahí su nombre. La las hace destacar en cualquier colección.
Cuando florece en primavera, puede superar el medio metro de altura, ya que lo hace con un largo tallo, en cuyo extremo, aparecen doce flores amarillentas con un aroma similar al de la vainilla.
Cuidados de la Albuca spiralis
El crecimiento de la Albuca spiralis es rápido y se cultivan en macetas para disfrutarlas como plantas de interior. Podemos destacar que, en climas de inviernos suaves, también la podemos lucir en el jardín o en balcón, patio y terraza formando borduras o grupos con otras plantas bulbosas, crasas y suculentas.
La plantación de la Albuca spiralis debe ser a pleno sol, o en interior muy bien iluminado. Es fundamental que reciba abundante luz, ya que esta planta tiene un crecimiento óptimo en condiciones luminosas. Para más información sobre el relacionado cuidado de otras plantas bulbosas, puedes leer nuestro artículo sobre .
Es muy rústica y en cuanto a necesidades de temperaturas, puede resistir alguna helada débil; digamos que la temperatura mínima debería ser 5 °C. Sin embargo, se desarrollará mejor en un rango de temperatura que oscile entre los 10°C y 25°C.
Respecto al tipo de suelo, prefiere los que contengan abundante materia orgánica y que drene bien. Recordemos que las suculentas no toleran los encharcamientos, por lo que es esencial que el sustrato esté correctamente drenado. Si la plantamos en maceta, utilizaremos preferentemente los sustratos especiales para cactus y suculentas, los cuales permiten una adecuada aireación y drenaje.
Conforme va creciendo, las hojas de la Albuca spiralis más se ondulan, por lo que recomendamos que disponga de suficiente espacio. Por lo tanto, si está en maceta, que esta sea grande para que pueda desarrollarse bien y que no pierda las ondas que podrían amontonarse y dejar de crecer sanas.
El riego debe ser periódico y sin encharcarla. Está claro que en primavera y en especial en verano, necesitará más riegos. A partir de otoño iremos viendo de mantenerla simplemente con algo de humedad, evitando el exceso de agua que puede causar la pudrición del bulbo.
Para su abonado, en el periodo de primavera, estará orientado para favorecer la floración, utilizando un tipo de abono líquido para bulbosas o incorporando compost como materia orgánica. Se recomienda abonar una vez al mes durante el período de crecimiento.
En el caso de tener que realizar alguna poda, solamente nos limitaremos a ir retirando las flores marchitas y las hojas secas. Esta práctica ayudará a mantener la planta saludable y favorecerá una mejor circulación del aire alrededor de la misma.
Multiplicación de la Albuca spiralis
La reproducción de la Albuca spiralis puede realizarse por semilla, aunque un método más rápido, en el ámbito de la bricojardinería, es el realizado mediante la separación de los bulbos. Esta tarea puede realizarse durante el otoño. En este sentido, es importante asegurarse de que los bulbos estén sanos y libres de daño para asegurar un buen crecimiento en las nuevas plantas.
Plagas y enfermedades de la Albuca spiralis
Dada la rusticidad de la Albuca spiralis, será difícil que le visite alguna plaga. No obstante, es fundamental mantener un monitoreo constante para prevenir cualquier enfermedad. En cambio, para evitar enfermedades de raíz, la base del éxito es el controlar el riego y fertilizar adecuadamente.
Además, es recomendable inspeccionar las hojas y el sustrato con regularidad, buscando signos de plagas comunes en suculentas, como cochinillas o pulgones. La prevención es clave, y asegurarse de que el ambiente de cultivo esté libre de humedad excesiva también ayudará a reducir el riesgo de enfermedades fúngicas.
Los coleccionistas de cactus y suculentas ya tienen una planta más para añadir a su colección: la Albuca spiralis. Su bello aspecto y sus requerimientos relativamente bajos la convierten en una opción ideal para aquellos que buscan una planta original y fácil de cuidar.