La algarroba es un producto cada vez más utilizado en la cocina natural y si hasta no hace mucho tiempo no era muy considerado por los grandes chefs hoy es uno de los ingredientes básicos de la gastronomía que cuida la salud.
En donde más se la utiliza es en la elaboración de galletas: dulces, oscuras y con un sabor que intenta emular el del chocolate pero de manera mucho más sana y nutritiva.
Un árbol popular
El Algarrobo es un árbol originario de la zona sudoccidental de Asia que regala sus famosas legumbres, que son de un característico color chocolate oscuro que luego también tiñe los productos elaborados.
También conocido como Garrofero o Algarrobera, este árbol pertenece a la familia Caesalpiniaceae y su nombre científico es Ceratonia siliqua. Si bien es originario de Asia, está muy presente en la zona del Mediterráneo, donde se ha extendido su cultivo.
Sin dudas, lo más llamativo del árbol son sus frutos aunque la especie en sí no pasará desapercibida teniendo en cuenta que cada ejemplar alcanza una altura promedio de diez metros. Presenta hojas de color verde oscuro, alternas, compuestas y pinnadas, Las flores nacen en el verano y a comienzos del otoño.
El árbol puede presentarse en diferentes variedades: mollar (fruto rojo-castaño muy pulposo con vaina larga y pulpa blanca), negrete (fruto negro, pulpa gruesa y viva), caches (fruto rojo oscuro con vainas muy largas poco pulposas), roja (fruto pequeño y pulpa blanca) y matafelera (fruto oscuro que termina en pelos).
Cuidados del Algarrobo
Este árbol crece a pleno sol y se adapta muy bien a los climas secos y cálidos aunque no tolera el frío. Tampoco es exigente en el suelo, pudiendo tolerar cualquier tipo de terreno. Es importante regular el riego ya que no tolera los suelos demasiado húmedos.
Entre las plagas y enfermedades del Algarrobo más frecuentes están el gusano de la madera (Zeuzera), y los hongos Aspidiotus sulphureus, Oidio ceratonia y Dematophora necatrix.