Cuando se tiene un jardín mediano o grande se necesitan árboles que den buena sombra para poder protegernos del sol, especialmente durante el verano. Si además vivimos en un clima suave con heladas invernales nada como plantar un arce real, de cuya belleza vamos a poder disfrutar durante todo el año.
Su mantenimiento no es difícil si el clima acompaña, ya que además resiste muy bien las bajas temperaturas. ¿Lo conocemos?
Origen y características
Nuestro protagonista es un árbol caducifolio originario de Europa, el Cáucaso y Asia Menor cuyo nombre científico es Acer platanoides. Popularmente se le conoce como arce real, arce de Noruega, arce noruego o arce platanoide, y alcanza una altura de hasta los 35 metros. Las hojas son palmadas y dentadas, verdes en primavera y verano y rojizas en otoño. El tronco es liso, con la corteza de color gris claro.
Las flores se disponen en panículas y son verde-amarillentas. Florece en primavera. Una vez que son polinizadas comienza a madurar el fruto, que son sámaras.
¿Cuáles son sus cuidados?
Si quieres tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación: exterior, a pleno sol. En el caso de vivir en la región mediterránea crecerá mejor en semisombra.
- Tierra:
- Jardín: el suelo ha de ser fértil, ligeramente ácido y con buen drenaje.
- Maceta: no puede cultivarse siempre en maceta debido a sus características, pero sí que se puede tener unos años con sustrato de cultivo para plantas ácidas o con akadama.
- Riego: 3-4 veces por semana en verano, algo menos el resto del año. Usar agua de lluvia o sin cal.
- Abonado: desde comienzos de primavera hasta finales de verano con abonos ecológicos, una vez al mes.
- Multiplicación: por semillas en otoño (necesitan pasar frío antes de germinar en primavera). También por esquejes a finales de invierno.
- Rusticidad: soporta el frío hasta los -15ºC, pero no puede vivir en climas tropicales.
¿Qué te ha parecido el arce real?