El arce japonés es un arbusto o árbol (dependiendo de la especie y/o cultivar) que tiene enamorados a más de uno. Yo misma tengo como siete variedades y no serán las únicas. De hecho, una de las próximas que añadiré a la colección es la del arce Sango kaku.
¿Qué tiene de especial? Pues… todo. Su colorido otoñal, sus troncos y ramas rojas, su porte… ¡Es precioso! Si no me crees, echa un vistazo a las fotos mientras descubres qué cuidados necesita.
Origen y características
El Acer palmatum ‘Sango kaku’, también conocido como ‘arce sango kaku’, es un árbol caducifolio originario de Asia, concretamente de Corea, China y Japón. Alcanza una altura de 6 metros, y tiene una copa más o menos erguida compuesta por hojas palmadas de 5 lóbulos que son de color verde brillante en primavera y verano, pero que cambian al amarillo en otoño. Las semillas son aladas y terminan de madurar antes de que llegue el invierno.
Su ritmo de crecimiento es de tipo medio, es decir, que pueden crecer a un ritmo de 10cm/año si las condiciones son las adecuadas.
¿Cuáles son sus cuidados?
Si quieres tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación: exterior, en semisombra.
- Riego: 3-4 veces por semana en verano, y algo menos el resto del año. Usar agua de lluvia o sin cal.
- Tierra:
- Jardín: ácida (pH de 4 a 6), con buen drenaje.
- Maceta: sustrato para plantas ácidas. En el caso de vivir en un clima como el mediterráneo cálido (temperaturas de entre los 40 y los -3ºC) aconsejo más mezclar 70% akadama con un 30% de kiryuzuna.
- Abonado: desde primavera hasta verano con un abono específico para plantas ácidas, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
- Multiplicación: por semillas en otoño-invierno, y por esquejes en primavera.
- Rusticidad: soporta hasta los -18ºC, pero las temperaturas altas le perjudican. No puede vivir en climas tropicales; necesita que en invierno el termómetro marque por debajo de los 0º para poder tener un buen desarrollo.
¿Qué te ha parecido el arce sango kaku? 🙂