El aruncus dioicus es una planta perenne que puede llegar a ser caduca cuando se encuentra en regiones muy frías. También se la conoce como barba de chivo (aruncus significa cabra en latín), y una de sus grandes ventajas es que los cuidados que necesita son mínimos.
De hecho, estamos ante una variedad bastante silvestre, que crece con total naturalidad incluso si no le hacemos mucho caso. Pero, como a nosotros nos encantan las plantas y darles los cuidados que necesitan, vamos a ver cómo hacer que esta planta de porte herbáceo crezca todavía más fuerte y bonita en nuestro jardín.
Origen y hábitat de la aruncus dioicus
Como bien dice el título de este artículo, esta planta es una buena elección para jardines sombreados. Porque se trata de una variedad a la que le encantan el frío y la humedad, aunque ha demostrado tener una extraordinaria capacidad de adaptación a diferentes entornos.
Esta planta es originaria de Europa y Asia. En su hábitat natural crece en suelos con una buena capacidad de drenaje y que sean ricos en materia orgánica. Es más, suele prosperar en áreas boscosas donde no recibe luz directa.
Como le gusta la humedad, también es frecuente observarla en los márgenes de arroyos y otras zonas húmedas.
Características de la barba de chivo
El nombre científico de la aruncus dioicus nos indica que estamos ante una planta dioica. Es decir, que cada planta tendrá flores masculinas o femeninas, pero no de ambos géneros. Además, la planta hembra es diferente de la planta macho.
La planta masculina es más grande y más llamativa, con grandes flores blancas. La femenina es más compacta y sus flores son más pequeñas y suelen tener un color amarillo más verdoso. Además, en este caso, después de la floración hay una fructificación.
Si no cultivamos ejemplares masculinos y femeninos juntos, las semillas no se van a producir. Pero eso no implica que no podamos reproducir la planta, ya que también se puede propagar vegetativamente. Eso sí, si hay semillas, estas no tardarán demasiado en expandirse y hacer que la planta vaya colonizando poco a poco todos los espacios disponibles.
A nivel estético, hay una serie de elementos que no pasan desapercibidos en esta variedad:
- Espigas florales. Su rasgo mas significativo es que cuenta con unas altas espigas florales que crecen por encima del follaje. Son estructuras densas y plumosas, en las que aparecen flores blancas o de color crema.
- Follaje. Se forma a base de hojas compuestas y divididas que le añaden una textura muy llamativa y distintiva. Haciendo que resulte complicado confundir la aruncus dioicus con cualquier otra planta. No obstante, como consecuencia de su capacidad de adaptación, hay casos en los que las hojas pueden variar de forma.
- Altura. Esta es una planta que puede llegar a alcanzar hasta dos metros de altura. Su estructura vertical ayuda a agregar volumen a los jardines. Resultando especialmente atractiva cuando se cultiva en grupo o como fondo de un arreglo de plantas más pequeñas.
Además de por su gran belleza y por el hecho de que los cuidados que necesita son mínimos, el aruncus dioicus tiene mucho interés para los jardines porque es una fuente de néctar que atrae a polinizadores como las abejas y las mariposas.
¿Qué cuidados necesita el aruncus dioicus?
Si te has decidido a hacerle un hueco en tu jardín a la barba de chivo, toma buena nota de los cuidados que necesita para lucir espectacular.
Ubicación y luz
No es una buena elección para jardines ubicados en zonas con altas temperaturas ni que reciban muchas horas de sol cada día. Esta variedad prefiere lugares en los que reciba sobra entre parcial y completa.
Aunque puede aguantar algunas horas de sol, los rayos le tienen que llegar de manera indirecta. En caso contrario, la planta se acabará quemando.
Medio de plantación
Aunque puede tolerar bien la humedad, es aconsejable que esta planta esté en suelos con una buena capacidad de drenaje.
Como ocurre con la mayoría de las especies vegetales, se acumula demasiado agua en las raíces, estas se acabarán pudriendo.
Condiciones de riego
No estamos ante una variedad que aguante bien las sequías, por lo que el riego tiene que ser bastante regular, especialmente durante el verano. En la medida de lo posible, vamos a intentar que su sustrato se mantenga húmedo de manera uniforme, pero siempre evitando el encharcamiento.
Aplicar una capa de mantillo alrededor de los tallos puede ayudar a retener la humedad a la vez que controla la aparición de malas hierbas que compitan con el aruncus dioicus por los nutrientes del suelo.
Poda del aruncus dioicus
A finales del otoño puedes cortar las ramas que estén muertas o presenten algún tipo de daño. También puedes aprovechar para darle forma a la planta. Con una poda regular consigues estimular su crecimiento futuro, así que hazla sin miedo.
Por lo que respecta a las flores, puedes retirarlas a medida que veas que se van poniendo marchitas. Así estimulas la producción de nuevas flores y tu planta se ve todavía más bonita.
Fertilización
Si quieres que tu planta crezca todavía más y dé más flores, a principios de primavera, justo antes de que comience la temporada de crecimiento, le puedes aplicar un fertilizante equilibrado.
Utiliza este producto siempre siguiendo las indicaciones del fabricante, y recuerda que esta es una variedad que no requiere mucho fertilizante. Con una única aplicación al año es más que suficiente.
División y reproducción
Si tienes plantas macho y hembra, tras la floración las plantas hembra desarrollarán las semillas. Estas se extenderán de forma natural, aunque también puedes retirarlas y plantarlas en otro lugar a tu libre elección.
En caso contrario, puedes reproducir la planta dividiéndola cada pocos años (dos o tres). De hecho, es aconsejable que dividas la planta, aunque no uses los esquejes, para rejuvenecerla y controlar su tamaño. Eso sí, procura realizar esta tarea a principios de primavera, antes de que aparezcan los nuevos brotes.
Con unos cuidados básicos puedes conseguir que tu aruncus dioicus esté saludable y se convierta en la planta más exuberante de tu jardín. Te aseguramos que no te vas a arrepentir de tenerla en casa.