El Crocus carpetanus es una planta herbácea perteneciente a la familia Iridáceas. Se le puede ver prácticamente a lo largo de todo mediterráneo y en algunos lugares del Asia menor. Su nombre deriva del griego “Kroke” que significa filamento, comúnmente se conoce como Azafrán Serrano. Se trata de una especie bastante fuerte, que por su hermoso follaje y floración es muy utilizada para engalanar jardines e interiores de hogares.
Características
El Crocus carpetanus es una especie perenne de bulbo redondeado con un diámetro aproximadamente de seis cm, recubierto de fibras finas y algo reticuladas, que tornan planas en la base. Sus hojas lineales, semicilíndricas y con bordes enrollados, se pueden ver durante la época en que la flor permanece abierta o bien pueden aparecer después de la floración, el envés muestra unos surcos bastante suaves.
Sus flores surgen antes que las hojas y presentan una forma similar a las campanas, son de una a tres de un tono que puede ir de violeta a blanco violáceo, en ocasiones con las nervaduras más oscuras. Tienen una bráctea superior de color blanco, mientras que su tubo hipantial también de color blanco con estilete de amarillo a naranja y tres ramitas multipartitas.
Plantación del Crocus carpetanus
Con relación al cultivo del azafrán, se puede decir que es muy práctico y fácil de hacer. El Crocus carpetanus y tal como sucede con la mayoría del genero crocus, debes plantarlo en el suelo durante el otoño. Ahora, si deseas lograr mejores resultados, entonces debes fertilizar antes el suelo con un producto orgánico, en lo posible que sea de liberación lenta.
Como toda planta de azafrán, el azafrán serrano es sensible al estancamiento del agua, por lo que debes procura mezclar grava preferiblemente del río o piedra pómez con el suelo. Coloca los ejemplares a pleno sol durante buena parte del día, así lograrás mejores resultados con las flores. Esta planta tolera las temperaturas bajas, al punto que algunas variedades de crocus florecen durante las heladas estacionales.
En su crecimiento tiene mucho que ver la humedad presente en el suelo y el aire. Por esa misma razón es que la planta se vuelve inactiva durante los periodos secos; mientras que al iniciarse las lluvias, los bulbos vuelven a producir raíces. Recuerda, si plantas el azafrán serrano a cielo abierto, no tendrás necesidad de regarlo de manera frecuente, la lluvia es suficiente para cubrir sus requerimientos del vital líquido.
Ahora y si mantienes los bulbos en macetas dentro de la casa, procura regar siempre y cuando el suelo se encuentre seco. Durante el invierno, riega únicamente una vez a la semana, es la mejor forma que la planta cumpla con el reposo vegetativo. Esta planta tiene la característica de auto sembrarse y producir bulbos por sí misma. Por eso es que es importante que desentierres los bulbos al menos cada cuatro años para su división.
Si deseas la propagación por semillas, debes preparar un semillero suficientemente fértil que contenga arena de río y luego siembras las cápsulas durante el otoño y para que el desarrollo de los bulbos sea más rápido, asegúrate que el lugar seleccionado para colocar el semillero tenga una temperatura cálida, dentro de la casa puede ser suficiente.
Los ejemplares jóvenes rara vez florecen antes de alcanzar los dos años de vida. Ese es el motivo por el que se recomienda prescindir del método de semillas y utilizar el método de propagación, dividiendo los bulbos principales de los secundarios más pequeños. Se trata de un procedimiento bastante fácil, que en ningún caso conlleva a poner en riesgo el bulbo de la madre. Importante llevarlo a cabo a finales de la floración o inicio del otoño.
Enfermedades y parásitos
Recuerda que el Crocus carpetanus es una planta que prefiere los suelos húmedos, por ese motivo es importante que trates tus plantas de azafrán con agentes fungicidas para evitar la aparición de enfermedades fúngicas producidas por el exceso de humedad. Igualmente debes siempre estar atento a la aparición de insectos y parásitos como los ácaros y chinches; que atacan y dañan tallos, hojas y flores de la planta, incluso hasta causarle la muerte.
Para evitar la aparición de enfermedades, se sugiere aplicar tratamientos preventivos con pesticidas. En todo caso, el tratamiento debe aplicarse antes y durante el período de floración. Con relación a los fungicidas, estos deben ser aplicados antes que las yemas comiencen a abrirse.