Bonsái de Ginkgo

El bonsái de Ginkgo es una planta muy decorativa

Imagen – Wikimedia/Cephas

Si existe una especie que se ha vinculado desde prácticamente siempre al bonsái, ese es el Ginkgo biloba. Aunque no es precisamente el árbol más fácil de trabajar ni tampoco el que se pueda diseñar de varias maneras diferentes, su historia hace que sea muy especial.

Y es que no hablamos solo de un fósil viviente que lleva en la Tierra más de 300 millones de años, si no también de una especie más emparentadas con las coníferas que de cualquier otro árbol conocido. De hecho, pertenece a la familia de las gimnospermas, ya que no protege a sus semillas, al igual que los pinos o los tejos por ejemplo. Por eso, tener un bonsái de Ginkgo es una experiencia única.

¿Cuáles son los cuidados del bonsái de Ginkgo?

El bonsái de Ginkgo es una planta a la que hay que proporcionarle una serie de cuidados especiales. Si bien es resistente, no debemos de excedernos con el riego ni con el abonado. Y, aunque nos cueste resistirnos, tampoco hay que tenerlo dentro de casa, pues no nos duraría más que unos pocos días. Pero veamos en detalle todo lo que hay que saber sobre él:

Ubicación

El Ginkgo biloba es un árbol de hoja caduca que tiene que estar fuera de casa, independiente de si se deja crecer libremente o de si se trabaja como bonsái. En el interior le resulta imposible sentir el paso de las estaciones, ya que las temperaturas se mantienen casi sin cambios. Además, necesita estar en una zona soleada, aunque puede adaptarse a la semisombra sin problemas.

Sustrato

Se utiliza akadama sola (consíguela aquí), o mezclada con un 20% de kiryuzuna (en venta aquí) o grava volcánica de grano pequeño. De esta manera, se consigue que las raíces estén bien oxigenadas, pues el gas (oxígeno) puede circular sin dificultad entre los poros de estos sustratos.

Además, es una manera de reducir el riesgo de pudrición de las raíces, puesto que la akadama se vuelve más oscura cuando está húmeda, y mucho más clara cuando está seca.

Riego

Una vez que se sabe que la akadama cambia de color cuando se riega y cuando se seca, es fácil controlar el riego. Así, verás que en verano tendrás que regar muy seguido, prácticamente a diario o a días alternos si en tu zona las temperaturas son muy altas y no llueve, y que en invierno en cambio deberás de espaciarlos.

Utiliza una regadera específica para bonsái, ya que de este modo caerá con la potencia y velocidad necesarias para que el sustrato se mantenga en el sitio, y no se hagan montones ni huecos. Como esta por ejemplo:

Otra opción es coger una botella de plástico y hacerle algunos agujeritos al tapón.

Abonado

El Ginkgo biloba brota en primavera y se vuelve a quedar sin hojas hacia el otoño o invierno dependiendo de las condiciones del clima que haya en la zona. Durante todos estos meses será muy aconsejable mantenerlo correctamente abonado, por lo que usaremos abonos para bonsáis (como este que venden aquí) siguiendo las indicaciones de uso.

Poda y pinzado

A nuestro bonsái, si es necesario, se le podará a finales del invierno. En ese momento hay que quitarle las ramas secas, rotas y enfermas.

En cuanto al pinzado, es aconsejable reducir la longitud de aquellas que estén creciendo mucho más de lo deseado, saliéndose del estilo que le hemos dado. Se hará dejando crecer 6-8 hojas y cortando dos o cuatro.

Alambrado

No se suele alambrar. Si se hace, es aconsejable que sea a comienzos de primavera. Además, hay que procurar que haya la misma distancia entre giros. Revisa una vez por semana el alambre, pues de lo contrario podrían quedar marcas.

En otoño tendrás que retirárselo.

Trasplante

Es un árbol de crecimiento muy lento. Por este motivo, se trasplanta cada 2 o incluso cada 3 años. Todo dependerá de si ha enraizado del todo bien, algo que sabremos si se ven raíces por los agujeros de la maceta, o si no.

Multiplicación

Se multiplica por semillas en invierno. Pero para que una planta dé semillas es necesario que haya dos ejemplares: uno femenino y otro masculino, para que el polen de una flor pase a la otra, fertilizándola. Una vez las consigues, has de sembrarlas en macetas y dejar estas a la intemperie. Germinarán a lo largo de la primavera.

Otra opción es por esquejes, cortando ramas del año anterior e impregnando la base con hormonas de enraizamiento. El sustrato debe de tener buen drenaje, ya que se pudren con facilidad; por lo que es buena idea usar akadama.

Rusticidad

El bonsai de ginkgo es capaz de soportar prácticamente las mismas temperaturas que el árbol. Esto significa que resiste las heladas moderadas, de hasta los -18ºC.

¿Dónde comprar?

Si te gustaría comprar un bonsái de Ginkgo, te recomendamos visitar un vivero o comprarlo online. Otra opción es conseguir semillas por Internet, desde aquí:


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