Bonsái de Ficus retusa

El bonsái de Ficus retusa es uno de los más comunes

Imagen – Flickr/Grufnik

El bonsái de Ficus retusa suele ser el primero que se regala a alguien que ha manifestado su interés por este tipo de plantas, o el que se compra cuando se quiere iniciarse en el cuidado de estos árboles en miniatura. Pero, ¿cómo se ha de cuidar?

Lo cierto es que, aunque hablamos de una especie relativamente sencilla de mantener, no es tan resistente como se piensa; especialmente cuando se compara con, por ejemplo, los olmos. Por este motivo, a continuación te explicaremos en detalle todo sobre su mantenimiento.

5 cosas que hay que saber sobre el Ficus retusa

Cuando se adquiere un bonsái, independientemente del tipo que sea, es importante conocer algunas características de la especie, ya que puede darse el caso de que sea caducifolio y nosotros pensemos erróneamente que cuando se le caen las hojas es porque está muriendo. Así pues, del Ficus retusa hay que saber lo siguiente:

  • Es un árbol de hoja perenne, esto quiere decir que se mantiene siempreverde. Pero nada más. Las hojas tienen una esperanza de vida limitada, pero si la planta está sana, a medida que vayan cayendo surgirán otras nuevas.
  • Si se deja crecer a su aire, puede medir hasta 10 metros de altura, pero cuando se trabaja como bonsái casi siempre se tiene como bonsái más bien pequeño, de hasta 40 centímetros de altura.
  • Las hojas son de color verde-glabro, de modo que si cambian de color es porque tienen algún problema, o porque están envejeciendo.
  • Puede soportar el frío, aunque las heladas le perjudican. Así y todo, es un buen árbol para cultivar en el exterior todo el año en climas templados-suaves, como el mediterráneo de litoral.
  • Tolera la poda, siempre y cuando no sea excesiva. De hecho son mejores los pinzados que las podas propiamente dichas, ya que le hacen perder menos savia y por lo tanto se recupera mejor.

¿Cómo cuidar el bonsái de Ficus retusa?

El bonsai de Ficus retusa es de exterior

Imagen – Wikimedia/Greg Hume

Tenemos nuestro bonsái, pero ¿cómo lo tenemos que cuidar para que se mantenga verde? Durante su mantenimiento pueden surgir muchos problemas, pero son varias las cosas que se han de hacer para evitarlas:

Ubicación

Por lo pronto, lo primero que hay que hacer es buscarle un sitio -en el exterior- con mucha luz, pero sin que el sol le dé de forma directa. Seguramente vendrá de un vivero donde lo tenían en sombra/semisombra, por lo que si lo expusiéramos al astro rey directamente seguro que sus hojas se quemarían y caerían.

Más adelante, cuando pasen uno o dos meses, lo empezaremos a poner un rato cada vez más largo en una zona soleada, para que se vaya acostumbrando.

¿Se puede tener en interior?

No es lo ideal. Todos los Ficus son árboles que quieren y necesitan mucha, mucha luz, más de la que pueden captar dentro de casa. Además, las corrientes de aire generadas por el aparato del aire acondicionado y los ventiladores secan sus hojas haciendo que caigan de manera prematura.

Solo aconsejamos su cultivo en interior durante el invierno, y solo si la temperatura baja de los 0 grados, pues el Ficus retusa es sensible al frío. Si el clima es cálido todo el año, es mejor que se tenga en el exterior siempre.

¿Cómo regar un bonsái de Ficus retusa?

Se ha de regar durante todo el año, con una regadera específica para bonsáis llena de agua de lluvia, o bien agua blanda (pobre en cal) por »arriba» (mojando el sustrato). Lo regaremos unas dos veces por semana en primavera, algo más en verano, y volveremos a reducir los riegos en otoño e invierno.

Es importante que el sustrato no esté seco demasiado tiempo, ya que no sería bueno. Es un árbol al que la sequía le puede causar muchos problemas, de ahí que haya que estar un poco pendientes del riego. Pero eso sí: se debe evitar regar en exceso, pues de lo contrario sus raíces morirían.

Sustrato y trasplante

El sustrato más aconsejable es el siguiente: 70% akadama (en venta aquí) mezclada con un 30% de kiryuzuna (en venta aquí) o pómice (en venta aquí). Ahora bien, también servirá uno específico para bonsáis, o incluso sustrato de cultivo universal (en venta aquí) mezclado con un 30% de perlita (en venta aquí).

Por otro lado, si hablamos del trasplante, lo haremos en primavera, cada dos o tres años.

¿Cómo y cuándo abonar un bonsái de Ficus retusa?

El bonsai de Ficus retusa se poda de vez en cuando

Imagen – Flickr/Henryr10

Para conseguir que esté sano y verde, es importante que se abone durante la primavera y el verano. Usaremos para ello un fertilizante específico para bonsáis, y seguiremos las indicaciones del fabricante. De este modo, podrá crecer sin dificultad.

Poda del bonsái

Hay varios tipos de podas:

  • La de formación: se hace a finales de invierno. Consiste en eliminar ramas enteras y en recortar las que hagan falta para darle un estilo definido, que en el caso que nos ocupa suele ser el de escoba (tronco recto con una copa ramificada que forma un semicírculo casi perfecto) y moyogi (tronco inclinado con ramas que serpentean hasta arriba).
  • La de mantenimiento: o pinzados. Consiste en eliminar tejido verde, tierno, con unas tijeras. Se hace a lo largo de todo el año con el objetivo de mantener su estilo y forma.
  • Defoliación: consiste en quitarle total o parcialmente el follaje.

¿Cuándo defoliar un Ficus retusa?

La defoliación se hace para que la planta saque hojas más pequeñas, y dado que el Ficus retusa las tiene bastante grandes, se defolia en primavera. Para ello se le quitan las hojas casi enteras; solo hay que dejarles un poco menos de la mitad que la une a la rama.

No hay que defoliarlo el bonsái por completo, pues recordemos que es una especie perennifolia, y podríamos perderlo si lo dejamos sin hojas.

¿Dónde comprar un bonsái de Ficus retusa?

Puedes comprarlo desde aquí:


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