Las camelias blancas son una de las plantas con flores más hermosa que hay en el reino vegetal. Pero para que tengas una y la disfrutes es necesario que sepas todo lo que debes proporcionarle para que su salud sea lo más adecuada posible.
Por eso, ¿qué tal si te echamos una mano y te damos las claves sobre los cuidados más importantes de las camelias blancas? De esta manera, podrás disfrutar de su floración y además no se te morirá a la primera de cambio. ¿Quieres saber cómo hacerlo?
Cuidados de las camelias blancas
A la hora de proporcionarle los cuidados más importantes a las camelias blancas es imprescindible que sepas cuáles son las necesidades principales y sepas cómo satisfacerla.
A cambio la planta te va a dar unas bellísimas flores blancas, una de las más apreciadas. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Ubicación y temperatura
Este es uno de los cuidados de las camelias blancas más importante que hay. Quizás el que pueda dar la diferencia entre una bien cuidada y otra que no lo está.
En general, las camelias, como cualquier otra planta, debería estar en exterior. Pero esta es delicada. Por un lado, no le gusta que la cambien de lugar cada dos por tres. Por otro, no tolera las corrientes de aire. Y para terminar, le gusta el sol, pero no directo.
De estos tres puntos, el tercero es el que debemos matizar porque, si bien es cierto que no le gusta el sol directo, sí que puede tolerar luz solar a primera hora de la mañana o a última de la tarde. ¿Por qué te decimos eso? Pues porque si lo tienes solo en semisombra o en sombra, no te va a florecer bien. Si, en cambio, le das esas horas de sol, la cosa cambiará.
Si ves que las hojas se le marchitan, o se le queman, será porque tiene demasiadas horas de luz (directa o indirecta) con lo que impedirá que florezca (porque se centrará en recuperar las hojas, no en echar flores).
En cuanto a la temperatura, son plantas que toleran bien tanto el frío como el calor. Pero les gusta tener una temperatura suave en la medida de lo posible. Dicho de otro modo: si hay heladas, o calor extremo, lo mejor es protegerla porque puede sufrir hasta el punto de morir.
Sustrato
La tierra para las camelias blancas te recomendamos que tenga un pH ácido. Además, va a depender de si la tienes como arbusto en el suelo o bien como planta en una maceta.
Si la tienes en maceta, te recomendamos que mezcles sustrato para plantas ácidas con algún drenaje como perlita o incluso tierra para orquídeas. También puedes incluir un poco de sustrato universal o humus de lombriz para que mantenga la humedad en la tierra.
Ahora bien, si la vas a plantar en el suelo, lo mejor es revisar cuál es el pH del suelo y, según el resultado, incluir tierra que vaya acorde con el pH de las plantas ácidas como puede ser turba rubia.
Riego
Antes te hemos comentado que las camelias blancas gustan de tener la tierra húmeda. Pero si te pasas con el riego acabarás ahogándola y pudriendo con ello las raíces. Por eso, es importante tener en cuenta dos factores importantes:
La frecuencia de riego: en general deberías regar dos o tres veces a la semana en verano; y una o dos en invierno.
El tipo de agua: no se te ocurra usar agua con cal, porque acabará con la planta. En su defecto, la mejor es el agua de lluvia.
Una de las claves que te puede ayudar a saber si te pasas con el riego es que la planta tire los capullos de flor antes de que abran. Si lo hace, quiere decir que está encharcada y lo mejor en esos casos es revisarle la tierra y, en caso necesario, hacer un trasplante de urgencia cambiándola de maceta y quitándole toda la tierra por una seca.
Abonado
Las camelias blancas no suelen crecer rápido, sino que son muy lentas. Además, la floración las desgasta mucho, es por eso que necesitan un abono para plantas ácidas.
Aplícalo en primavera y en verano (siempre y cuando no hayas trasplantado en esa época, si es así es mejor no echarle). En general se debería abonar al menos una vez al mes. Pero la dosis a aplicarle que sea inferior a la que te marque el fabricante del fertilizante (para evitar una sobrefertilización).
Poda
Dentro de los cuidados de las camelias blancas, la poda es fundamental para que la planta esté sana. Y también para que siga floreciendo.
Por eso, a la hora de podar, debes hacerlo a mediados de febrero. En esa época ya no debe tener flores y tu tarea será la de despuntar las ramas (corta siempre entre la segunda y tercera yema).
Aparte, si ves ramas enfermas, débiles, en mal estado o que perjudican a otras ramas también deberás quitarlas.
Plagas y enfermedades
La camelia, como otras plantas, también tiene que lidiar con plagas y enfermedades. En el primer caso, la más importante son los insectos de escama. Pero otros como pulgones, cochinillas, babosas, arañas, ácaros o gusanos pueden poner en riesgo a la planta. Es por eso que, si detectas algo raro, lo mejor es ponerle remedio y evitar que puedan afectarle.
En cuanto a enfermedades, las más importantes y que tendrás que revisar son el tizón (que afecta a la flor), la podredumbre de la raíz (por un mal riego), o el chancro.
Reproducción
Para terminar, la propagación de las camelias se puede hacer entre plantas. Para ello, solo tienes que hacerte con algunos esquejes de la planta. Asegúrate de que estos tengan hojas.
A continuación, tendrás que ponerlos en una maceta y regarlos (más bien humedecer la tierra y estar pendiente de que se mantenga así) para que acaben enraizando. Se aconseja ponerlos en un lugar con luz indirecta (solo cuando se vea que empiezan a brotar se pueden poner para que les dé un poco de luz directa).
Como ves, los cuidados de las camelias blancas no son difíciles. Eso sí, ten cuidado a la hora de regarlas para que el agua no les caiga a los pétalos ya que pueden mancharse o quemarse con el sol. ¿Tienes dudas sobre cómo cuidarlas? Consúltanos si es así.