La campánula o campanilla, en sus diferentes variedades, es una planta que destaca por la belleza de sus flores, que resultan llamativas tanto por su color como por su particular forma de campana. Si tienes esta planta en casa y no sabes muy bien cómo conservarla, toma nota de los cuidados de la campánula.
Te vamos a contar todo lo que necesitas saber para que tu planta llene de belleza tu jardín o el interior de tu hogar. No es una planta difícil de cuidar, así que te animamos a que pruebes suerte con ella.
Conoce un poco mejor la campánula
Campánula es un género de plantas con flores que forman parte de la familia Campanulaceae, y su nombre procede del latín campanula, que significa literalmente “pequeña campana”. Como seguro que ya imaginas, tiene este nombre por la particular forma de sus flores.
Las campánulas son plantas muy apreciadas por su belleza ornamental, y las podemos cultivar tanto en jardines como en maceta. Dentro de este género existen más de 500 especies, pero podemos encontrar en la mayoría una serie de características comunes:
- Altura. Varía según la especie, algunas campanillas son rastreras o enanas y otras pueden llegar a medir hasta 1,5 metros.
- Flores. Siempre tienen forma de campana y lo más común es que tengan cinco pétalos, pero su color puede variar. Eso sí, lo más habitual es que sean de tono azul o violeta.
- Hojas. Generalmente tienen forma lanceolada o redondeada y están dispuestas de manera alterna o en forma de roseta.
Tipos de campánulas más comunes
No podemos recopilar todas las que hay porque son muchísimas, pero aquí tienes las más comunes.
- Campanula persicifolia. Puede alcanzar hasta un metro de altura y sus flores crecen en racimos verticales, por lo que es muy apreciada en la jardinería.
- Campanula carpatica. Es de pequeño tamaño y crece en forma de matas redondeadas en las que destacan unas flores de color azul o blanco de gran tamaño.
- Campanula portenschlagiana. Es una variedad rastrera muy útil para cubrir suelos o bordes.
- Campanula latifolia. Es una variedad de hojas anchas y puede llegar a medir 1,5 metros de altura.
Cuidados de la campánula, ¿qué es lo que necesita?
Lo primero que te recomendamos es tener claro qué tipo de campanilla es la que tienes en casa, porque así te aseguras de poder darle los cuidados que necesita. No obstante, en la mayoría de los casos obtendrás buenos resultados si sigues estos consejos:
Luz
Todas las especies de campánula prefieren estar expuestas a pleno sol durante la mayor parte del día, aunque también aguantan un poco de semisombra. Las variedades que proceden de un hábitat natural montañoso requieren un poco más de sol, mientras que otras como la Campanula latifolia pueden estar a la sombra de forma parcial y esto no afectará a su desarrollo.
Algunas variedades pueden ser especialmente sensibles a las altas temperaturas y, si están en zonas con climas muy cálidos, necesitan algo de protección frente al sol durante las horas centrales del día.
Sea cual sea el tipo de campanilla que tienes en casa, lo que te aconsejamos es que busques para ella una ubicación en la que reciba el sol por la mañana y algo de sombra a partir del mediodía. Así evitas que las hojas y las flores se puedan quemar o que la planta presente un aspecto seco.
Riego
El riego es un aspecto fundamental a tener en cuenta cuando se trata de los cuidados de la campánula. Este tiene que ser regular y moderado, sin llegar nunca a encharcar el suelo.
Son plantas con cierta tolerancia a la sequía, pero están más bonitas cuando no las sometemos innecesariamente al estrés hídrico. Lo mejor para ellas es que el sustrato esté siempre ligeramente húmedo durante la época de crecimiento y floración (primavera y verano), así que tendremos que regar entre una y dos veces por semana, cuando notemos que la capa superior del sustrato está seca al tacto.
Medio de plantación
El encharcamiento de las raíces no le va bien a ninguna planta, y las campanillas no son una excepción. Lo más recomendable para ellas es que estén plantadas en un sustrato que tenga una buena capacidad de drenaje y que sea rico en materia orgánica. Por lo que se refiere al pH, dependiendo de la variedad, algunas prefieren un suelo más alcalino y otras uno más neutro, pero en líneas generales es suficiente con que el pH se mantenga entre 6.0 y 7.5.
Truco para lograr un buen sustrato para las campanillas: mezcla sustrato universal con un poco de arena y algo de materia orgánica como humus de lombriz.
Temperatura y clima
Algunas especies de Campanula tienen su hábitat natural en zonas alpinas, así que el frío no es un problema para ellas y son capaces de sobrevivir a inviernos duros. Si vives en una zona con este tipo de clima, una buena elección para tu jardín es la Campanula carpatica.
En todo caso, no te olvides de aplicar un poco de mantillo alrededor de la planta durante el invierno para proteger las raíces del frío. Si tu variedad es de las que no son resistentes al frío, aplica esta capa de mulching y valora proteger la planta cuando sepas que va a haber heladas.
Si vives en una zona con un clima muy cálido, es importante que la campanilla reciba algo de sombra en las horas en las que el sol más aprieta, porque un exceso de calor puede afectar a su crecimiento y floración.
Fertilización
Estas no son plantas exigentes en lo que a fertilización se refiere, basta con aplicar un poco de abono ligero al comienzo de la primavera y notarás que la floración es más abundante. Procura que sea un producto equilibrado en cuanto a nutrientes, porque si es más rico en nitrógeno que en otros componentes, va estimular el crecimiento de las hojas en detrimento de las flores.
Poda de la Campanula
Para estimular la floración continua, puedes retirar las flores a medida que estas se vayan marchitando, así la planta no destinará su energía a producir semillas.
En el caso de las variedades perennes, tras la floración puedes llevar a cabo una poda ligera para mantener la forma de la planta. Y, en las variedades de mayor tamaño, al final de la temporada de la floración haz una poda más a fondo para conseguir que la planta crezca más vigorosa en la siguiente primavera.
Como has comprobado, los cuidados de la campánula son bastante sencillos y básicos. En la mayoría de los casos, si aciertas con la ubicación y controlas bien el riego, consigues que tu planta esté perfecta casi sin ningún esfuerzo.