Imagen – Wikimedia/Enrico Blasutto
El azafrán silvestre es una flor conocida por muchos, ya que se cultiva en gran parte del mundo en jardines y macetas, para embellecer patios, jardines y por supuesto balcones. Es originaria del continente europeo, donde vive en las zonas de gran altitud.
La belleza de sus flores hacen de él una excepcional planta para tener en el hogar. Gracias a sus reducidas dimensiones es muy interesante tenerla incluso formando parte de alguna composición.
Índice
Características del azafrán silvestre
A esta maravillosa planta bulbosa se la conoce con el nombre científico de Colchicum autumnale. Pertenece a la familia Colchicaceae. Su origen se encuentra en las praderas europeas, encontrándose a gran altitud. El bulbo es en realidad un cormo que mide entre 10 y 30 centímetros de alto.
Se planta en otoño, para poder contemplar sus flores en primavera. Sus hojas son lanceoladas y de color verde oscuro. Las flores, de color lila, son bastante grandes en comparación con el resto de la planta: pueden medir unos 4cm de diámetro. El fruto está compuesto por hasta 3 cápsulas.
¿Cómo se cuida el azafrán silvestre?
Estamos ante una planta que es muy fácil de cuidar. Puede estar tanto en maceta como en el jardín, a pleno sol o en semisombra. Sin embargo, podemos conseguir que de un sólo bulbo broten ‘bulbitos’ y, por consiguiente, tener más flores en la próxima temporada si hacemos lo siguiente:
Ubicación
Aunque pueda estar en casi cualquier sitio, lo ideal es que reciba la mayor cantidad de luz posible. Hay que tener en cuenta que el sol en otoño no es muy fuerte (a menos que vivas en una zona muy cercana a la línea del ecuador), por lo que es preferible que coloques tu azafrán en un lugar donde disponga de sol directo, al menos durante medio día.
Sustrato
Las raíces tienen que poder encontrar todos aquellos nutrientes que necesitan para poder desarrollarse correctamente, pero sin tener que sufrir riesgos. Teniendo esto en cuenta, lo plantaremos en un sustrato poroso que mantenga la humedad el tiempo justo, como puede ser 70% turba negra + 20% perlita +10% greda volcánica (poniendo una primera capa, antes de rellenar la maceta).
Riego
Imagen – Flickr/manuel m. v.
El agua es sumamente importante para todas las plantas, pero es sin duda lo que más cuesta ‘controlar’. No resulta nada fácil saber cuándo hay que hacerlo, pero aquí tienes unos trucos:
- Si lo tienes en maceta, cógela cuando la riegues, y vuelve a hacerlo cuando hayan pasado unos días. Así sabrás cuánto pesa en determinados momentos, y esto te ayudará a saber cuándo debes regar.
- Comprueba la humedad del sustrato introduciendo un palo delgado de madera o un dedo. Si al extraerlo ves que ha salido casi limpio, significará que hay que regar; por el contrario, si sale con tierra adherida, habrá que esperar unos días para el siguiente riego.
Es mucho mejor quedarse corto que pasarse, ya que si una planta sufre exceso de riego tiene un alto riesgo de contraer alguna enfermedad provocada por hongos, y es muy difícil recuperarla (no imposible).
Abono
No nos podemos olvidar del abono. Aunque uses un sustrato nuevo, el azafrán tendrá un mejor crecimiento si se la abona de vez en cuando. De entre todos los fertilizantes químicos y orgánicos que existen actualmente, te recomiendo el guano (líquido). Hasta la aparición de los abonos químicos, el guano era lo que más se usaba para conseguir que las plantas crecieran sanas y fuertes. Es natural y ecológico, pero debes seguir las indicaciones especificadas en el envase para no pasarte con la dosis.
Prevención de plagas y enfermedades
Pese a que es una planta que, lamentablemente, sólo se puede disfrutar unos meses al año, también puede verse afectada por plagas y enfermedades. Es importante saber cómo prevenirlas, ya que de ello dependerá que esta y las próximas temporadas broten nuevas flores.
Plagas
Las plagas que más suelen afectarles son los caracoles y los ácaros, pero si están plantados en el jardín pueden ser atacados también por los ratones y topos. Para prevenirlos es conveniente usar repelentes de venta en viveros o tiendas agrícolas, excepto para los ácaros, que se eliminarán haciendo infusiones con ajo (10 gramos en 1 litro de agua).
Enfermedades
Como hemos dicho, las enfermedades fúngicas son las que más pueden perjudicar a los azafranes. Un ambiente húmedo favorece la aparición de hongos, como los del género Fusarium. La prevención es la más acertada solución, por lo que, además de controlar los riegos, haremos tratamientos preventivos con azufre o cobre desde el primer momento en el que tenemos plantado el bulbo.
Consejos de plantación
El azafrán es una de las primeras flores que brotan durante la primavera e incluso es probable que lo haga a finales de invierno si el clima acompaña. Para empezar la temporada con buen pie, tenemos que plantar el bulbo de la siguiente manera: tanto si se cultiva en maceta como en el suelo, hay que plantarlo a una profundidad que sea el doble de su altura. Por ejemplo, si mide 3cm, lo plantaremos a unos 5-6cm, y siempre con la parte más estrecha hacia arriba ya que desde ahí brotarán las hojas y también las flores.
Usos y propiedades
El azafrán silvestre es una planta herbácea que se utiliza como planta ornamental. No es muy grande, de modo que es interesante para cultivar en macetas sin problemas. Pero tienes que tener en cuenta que contiene colchicina, que es una sustancia muy tóxica si se ingiere.
El azafrán es una de las flores bulbosas más espectaculares y fáciles de cuidar. ¿A qué esperas para tener el tuyo?
4 comentarios, deja el tuyo
Muchas gracias por la información.
🙂
Gracias a ti, un saludo 🙂
Estáis confundiendo el azafrán que se usa para alimentación ( Crocus sativus)
con el azafrán silvestre que nombrais en el titular que se denomina Colchicum autumnale ,este es tóxico aunque en dosis muy pequeña s puede usarse como diurético.Un saludo.
Hola Isabel.
Muchas gracias por la corrección.
Ya hemos revisado y corregido el artículo.
Saludos!