Ciclo vital de las plantas

El ciclo vital de las plantas consta de varias etapas

Las plantas son seres vivos. Aunque es una obviedad para muchos, como viven en una escala temporal diferente a la nuestra a veces se pasa por alto. Durante toda su vida hacen todo lo que pueden por, primero germinar, y después crecer, madurar y después en dejar descendencia.

Por eso, creo que es muy interesante conocer el ciclo vital de las plantas. Porque aunque su estrategia de adaptación es, también, muy distinta a la que seguimos los humanos, vamos a ver que ellas también pasan por distintas etapas a lo largo de su vida.

¿Cómo es el ciclo vital de las plantas?

El ciclo vital se puede definir como el período de tiempo que va desde el nacimiento (o la germinación si se trata de una planta) hasta su muerte. Puede ser más o menos corto dependiendo de la especie, del ambiente en el que viva y de las condiciones a las que se tenga que enfrentar, e incluso, si hablamos de las plantas que cultivamos, de los cuidados que les demos.

Por eso, a grosso modo distinguimos las plantas perennes, las anuales, y las bi-anuales. Pero estos nombres no terminan de ser exactos, y es por ello por lo que a veces crean confusión:

  • Plantas perennes: son las que viven más de dos años, como los árboles, las palmeras, los arbustos, muchas trepadoras y aromáticas. Así, un Pinus longaeva puede vivir más de 5000 años, mientras que una Melia azedarach será difícil que pase de los 20; pero en cualquier caso, siempre son plantas que viven más de dos temporadas. Más información.
  • Plantas anuales: estas son las que germinan, crecen, florecen y dan semillas para luego morir en un mismo año. Esto no significa que vivan exactamente doce meses, si no que en un mismo año pasan por todas las etapas que acabamos de mencionar. Por ejemplo, en este grupo incluimos a las lechugas, arvejas, coliflor, sandía o melón. Más información.
  • Plantas bi-anuales: estas son las que durante el primer año crecen, y al segundo florecen y mueren. Aquí se incluye al perejil, apio, o la violeta. De todas formas, no está de más saber que muchas de estas se cultivan como anuales o de temporada, bien sea porque son sensibles al frío, o porque lo que interesa es cosechar alguna parte en concreto, ya sea la raíz y/o las hojas. Más información.

¿Cuáles son las etapas del ciclo vital de las plantas?

Las etapas por las que pasa una planta en algún momento de su vida son las siguientes:

Germinación

La germinación forma parte del ciclo vital de las plantas

Imagen – Wikimedia/Begoon

La semilla, una vez que cae a alguna zona donde haya un poco de tierra y humedad, como por ejemplo el suelo o en un hueco de la rama de otra planta, si el clima se lo permite empezará a hidratarse. Primero lo hará absorbiendo la humedad a través de los micro cortes que irán apareciendo en la semilla, causados por las condiciones medioambientales (por ejemplo, subida y bajada drástica de las temperaturas) y/o por animales curiosos que las arañen; y después a través de la radícula, que es la primera raíz que tendrá la futura planta.

La radícula crece rápido, pues tiene una función importante que cumplir: la de empezar a absorber agua y nutrientes. Las primeras hojas, llamadas cotiledones, no tardan en brotar, pero aunque estas también contribuirán un poco al crecimiento de la planta ya que contienen alimento de reserva en su interior, enseguida que broten las hojas verdaderas morirán.

Esta etapa es la más delicada para todas las plantas. Son muy vulnerables al ataque de depredadores, de hongos, bacterias, virus. Por ello, cuando se cultivan se recomienda sembrar las semillas en un sustrato limpio, nuevo, que no haya sido utilizado antes, y además si son árboles o palmeras no está de más tratarlas con fungicidas para prevenir el damping-off o la muerte de las plántulas.

Crecimiento y desarrollo

Las plantas jóvenes hacen lo imposible por crecer

Pasamos al crecimiento y al desarrollo. En esta etapa, nuestra plantita ya podemos decir que ha pasado a la etapa juvenil. Ha dejado atrás la infancia, y ahora ya está lo suficientemente preparada para enfrentarse al mundo, aunque puede seguir teniendo muchos problemas: depredadores, falta de espacio, falta de luz y/o agua…

Por eso, sus raíces trabajan a pleno rendimiento buscando sin para agua y nutrientes, y las hojas absorben el oxígeno y la energía del sol para transformarla en energía. Así, todas las células vegetales reciben lo que precisan, y además lo hacen bastante rápido. De hecho, en esta etapa es cuanto más rápido suelen crecer las plantas.

Aunque lamentablemente no siempre tienen suerte. Por ejemplo, un árbol, o incluso una palmera que crezca bajo el dosel de un bosque o selva y necesite luz para crecer, a menos que caiga una planta alta cerca para que pueda ocupar su espacio morirá joven. Esto también puede pasar en un jardín, si ponemos una planta que necesita sol bajo la sombra de árboles altos; de ahí que sea muy importante conocer de antemano las necesidades de los cultivos que queremos tener.

Maduración

La maduración es cuando una planta florece

Imagen – Flickr/barloventomagico

La maduración empieza cuando la planta florece por primera vez. En esta etapa, ya no es tan importante el crecimiento como el tener descendencia. A partir de ahora, mucha de la savia que elaboran las hojas alimentará a sus partes reproductivas, que son las flores. Estas serán más o menos vistosas dependiendo sobre todo de si son gimnospermas o angiospermas, y es que mientras que las últimas a menudo están formadas por pétalos y/o sépalos de colores muy alegres, las flores de las gimnospermas son en realidad una rama u hojas fértiles llamados esporofilos.

Pero, ¿cómo consiguen las plantas fertilizar sus flores o esporofilos? Pues va a depender mucho del tipo de planta, y de la estrategia de adaptación que haya seguido. Así, distinguimos varios tipos de polinización:

  • Anemófila: son plantas que dependen del viento para que el polen llegue de unas flores a otras.
  • Hidrófila: en este caso, las plantas dependen del agua que las flores se polinicen.
  • Zoófila: son plantas que han establecido algún tipo de relación con animales, los cuales se encargan de llevar el polen de una flor a otra, a menudo obteniendo a cambio algún beneficio, como perfume para atraer posibles parejas, o alimento para ellos o sus crías.

Hay que tener presente que aunque una planta consiga madurar, no tiene por qué producir la cantidad de flores que se espera esas primeras veces. Por propia experiencia cultivando árboles desde hace mucho tiempo, desde el año 2006 más o menos, es fácil que esa primera vez sea testimonial más que otra cosa. Pero si está a gusto, y si se trata de una planta perenne, cada vez florecerá más y mejor (las anuales o bi-anuales solo tienen una oportunidad para dejar descendencia, por lo tanto ellas producen todas las flores que puedan, gastando mucha energía).

Mantenimiento

El ciclo vital de las plantas incluye la maduración

En la etapa de mantenimiento la planta continuará floreciendo y produciendo frutos, pero a medida que va pasando el tiempo consigue fortalecerse también. En esta etapa las raíces han crecido lo suficiente para que esté bien anclada en el suelo, lo cual en caso de fuertes vientos minimiza el riesgo de que caiga. Ojo: el riesgo es bajo, pero está ahí. Todos hemos oído hablar, o hemos visto que árboles muy viejos han caído tras una fuerte tormenta. En Mallorca (Islas Baleares, España), de donde soy, casi cada año tenemos alguna tormenta que deja caer pinos y/o palmeras que llevan décadas en el suelo.

Por este motivo, durante un episodio de este tipo no se debe de estar en el exterior, ni siquiera en un sitio tan conocido por ti como lo es tu jardín, ya que aunque creas que tus plantas han enraizado bien, nunca sabes lo que puede ocurrir. Ahora, el resto del año disfrútalas. Durante esta etapa es cuando mejor están: si tienen plagas o enfermedades se pueden recuperar rápido si se toman medidas a tiempo, producen flores que da gusto verlas, si son árboles es cuando ya dan sombra… En definitiva, es cuando podemos decir que el jardín o el huerto ha madurado.

Muerte

La muerte forma parte de la vida de los seres vivos

Imagen – Wikimedia/High Contrast

La muerte es el final de la vida. Para los humanos a menudo es un momento triste, pues lo asociamos a la pérdida, al duelo, tristeza. Pero para las plantas realmente es una etapa más. Como decíamos antes, una planta joven que necesite luz con urgencia pero que haya crecido bajo el dosel de un bosque no podrá continuar creciendo a menos que un árbol muera.

Además, cuando cae al suelo, los nutrientes que utilizó para crecer, desarrollarse y madurar son »devueltos» a la tierra, a medida que los hongos hacen su trabajo que es el de descomponer la materia orgánica. Así pues, la muerte de una planta puede traer cosas buenas: abono para la tierra.

Pero (siempre hay un pero), cuando se muere una en maceta NO tenemos que reutilizar ese sustrato, ya que pondríamos en riesgo a la planta que queramos cultivar. Lo que yo hago es simplemente echarlo al jardín, en algún sitio donde no haya plantas, y ya. De esta manera consigo poco a poco mejorar las características de la tierra sin poner en riesgo a ningún cultivo.

Y con esto hemos terminado. Espero que te haya gustado.


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