En otros artículos estuvimos hablando de la jara blanca y sus cuidados. Hoy vamos a hablar de una planta que pertenece a la misma familia Cistaceae. Se trata de la jara de hoja de laurel. Su nombre científico es Cistus laurifolius y es un pequeño arbusto espeso con hojas que se parecen al del laurel, aunque son más pequeñas por lo general. También tiene otros nombres comunes como lo son bordial, estepa y estepa real. Esta planta tiene numerosas características que os vamos a contar en este artículo.
Así que, si quieres conocer más sobre la jara de hoja de laurel, tienes que seguir leyendo porque te lo contaremos todo 🙂
Características principales
Como hemos dicho antes, se trata de un arbusto espeso que tiene múltiples tallos abiertos desde la base. Si crece en condiciones óptimas, puede llegar a crecer hasta dos metros de altura. Lo normal en todos estos arbustos es que sea de un metro. No es muy grande, pero al tener tantas hojas y divisiones de los tallos se le considera un arbusto muy denso.
Los terrenos donde se encuentra son ácidos entre los que prefiere los silíceos. Este arbusto se considera un bioindicador de los suelos con un pH ácido. Es decir, al solo poder sobrevivir en terrenos con este pH, al existir una jara de hoja de laurel por sí sola en una zona, nos está indicando que la zona tiene un suelo con pH ácido.
Y es que es una planta que abunda bastante en los montes del este, sur y centro de la península Ibérica. Los suelos donde no existe un pH alto tendrán de forma natural este tipo de arbusto. A nivel general, nos podemos encontrar esta planta no sólo en la península, sino también en toda la región mediterránea occidental.
El área de distribución alcanza zonas de hasta 2.000 metros de altitud. Se puede encontrar en lugares a esa altura como es en el Peñón de la Lechera en la Sierra de Baza en Granada. Una de las cosas que más destaca de este arbusto son su flores. Florece desde mayo a julio y tiene unos pétalos blancos muy puros en los que se puede apreciar unos estambres largos y amarillentos bastante abundantes. Esta flores aumentan enormemente el valor ornamental de la jara de hojas de laurel por estas fechas. El fruto que tiene es una cápsula con 5 valvas y cuando alcanza la madurez es el encargado de expulsar la semilla.
Usos del Cistus laurifolius
Esta planta tiene diversos usos a parte del ornamental. Al disponer una alta concentración en landano, tiene diversos usos medicinales. El landano es una especie de resina un tanto pastosa que se puede obtener con la destilación de la planta. Se usaba principalmente para tratar problemas de hernia y otros reumáticos.
Esto se hacía en el pasado en los siglos XVIII y XIX ya que más tarde se descubrió cierta toxicidad de esta planta. Por ello, estos usos medicinales ya no están a la orden del día.
Otro inconveniente que tiene esta planta si la usamos para la ornamentación es que contiene una serie de sustancias que inhiben el crecimiento de otras que se encuentren a su lado. Por ello, cuando nos encontramos en la naturaleza unos jarales de Cistus laurifolius, podemos observar que la biodiversidad es baja. En lugares donde se encuentra esta planta se puede ver una clara dominancia debido a esas sustancias que impiden que otras plantas puedan prosperar ahí. Es una forma de tener éxito evolutivo, pero también de hacer más vulnerable a los ecosistemas.
Si un ecosistema no tiene alta biodiversidad es más sensible a cualquier tipo de impacto ambiental. Esto es debido a que, si ocurre algún tipo de impacto y la jara de hojas de laurel cae, el ecosistema perderá toda su biodiversidad o, al menos, la gran mayoría.
Por todo ello, el único uso que tiene actualmente el Cistus laurifolius es el etnobotánico. Se trata de un uso para eliminar el desagradable olor que tiene el cuero en curación cuando se está fabricando. Es así como se le da un nuevo aroma al cuero para que se pueda vender mejor. También es usado para dar más olor a algunos perfumes.
Cultivo de la jara de hojas de laurel
Para los que quieran sembrar este arbusto en su jardín, vamos a indicarles las pautas principales y requisitos que deben cumplir. Como hemos dicho antes, no es muy recomendable del todo plantarlas, ya que cuentan con sustancias que inhibirán el crecimiento de otras. Por ello, puede ser nefasto para la biodiversidad de nuestro jardín.
El cultivo requiere un suelo con un pH ácido y que esté bien drenado. Al igual que casi la gran mayoría de plantas, el suelo debe permitir que el agua no se almacene y se provoque el encharcamiento. Un encharcamiento puede pudrir directamente el Cistus laurifolius y acabar con él en poco tiempo.
Si la planta está muy expuesta al viento, es mejor colocarles algunas estacas donde se puedan apoyar. Necesitan una tarea de mantenimiento anual que se le tiene que hacer en invierno y es la poda. Tan sólo es un despunte que se realiza tras los meses de floración para que, cuando florezca de nuevo, puedan hacerlo con más calidad y vistosidad.
Si la planta se torna ya vieja es mejor desecharla ya que los brotes que van surgiendo nuevos serán atacados por pulgones y moho gris. Los cuidados ante este tipo de plagas tienen que ser rápido si no queremos perder nuestros arbustos de jara.
En caso de necesitar trasplante, hay que pensar que no siempre funcionan. Si necesitas hacerlo, lo mejor es esperar a la primavera y usar todo el cepellón. También puedes recoger las semillas a finales de invierno y plantarlas en primavera o usar esquejes semileñosos para poder multiplicar esta planta.
Si quieres tener un jardín con sólo una especie de planta, esta planta es buena para inhibir el crecimiento de las demás.
Espero que con estos consejos puedas cuidar bien del Cistus laurifolius en tu jardín.