La pomología es el arte de cultivar árboles frutales, una rama de la horticultura que exige conocimiento y precisión, y en donde participan un conjunto de técnicas específicas.
Conocer la naturaleza de los árboles frutales es vital para comenzar a cultivarlos y es por eso que se hace necesario estudiar los frutos para así saber a que tipo de árbol pertenecen pues los árboles frutales se clasifican de acuerdo a la morfología y características de sus frutos.
Clasificación
De acuerdo al tipo de fruto es posible clasificarlos en diferentes grupos. Los árboles que tienen frutos tiernos y un hueso o carozo en su interior son conocidos como drupas. Es el caso del ciruelo, el olivo, el mango o el cerezo, con frutos carnosos y semillas que se esconden dentro del hueso.
Sin embargo también están los árboles cuyos frutos son casi idénticos aunque con la salvedad de que no presentan un hueso sino que las semillas se concentran en el interior del fruto. Son los pomos y dentro de éstos están el manzano, el peral o el nisperero.
Luego están esos árboles cuyos frutos son algo más excéntricos y en lugar de la morfología clásica presentan una estructura variada. Hay varias clasificaciones: los cítricos son los hesperidios, las higueras son árboles sicono.
Los más raros
También están los árboles que comparten un mismo rasgo: la producción de frutos duros o secos, encerrados en cáscaras. Es el caso del avellano, el castaño, el roble o la encina. Muy similares a estos también está el grupo de árboles que produce frutos carnosos que se secan con el tiempo. Nogales y almendros son de la partida.