Clemátide (Clematis vitalba)

arbusto con flores blancas de muchos petalos

La Clematis vitalba, también conocida como clemátide, se trata de una especie de arbusto que forma parte de la familia compuesta por las ranunculáceas, proveniente de Europa. Consiste en un arbusto trepador el cual puede llegar a crecer con la misma altura que los árboles, además de destacarse por contar con una corteza que se distingue por desprenderse a tiras. Posee hojas compuestas de peciolo voluble y olorosas flores blancas formadas por 4 sépalos (creando pétalos falsos).

Origen de la Clematis vitalba

arbusto con flores blancas

Este arbusto es originario Europa, principalmente de Francia, España, Portugal, Austria, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Suiza, Italia, Checoslovaquia, Grecia, Polonia, Hungría, Rusia meridional, Países Bajos, Albania, Ucrania, Rumanía, Macedonia, Yugoslavia y Bulgaria; al igual que del norte de África, específicamente del norte de Argelia y también de Asia occidental, en específico del norte de Irán, Afganistán, Siria, Turquía, Líbano, Chipre, Armenia, Georgia y Azerbaiyán.

Cabe decir que dentro de la península ibérica es posible conseguirla en la mayoría del territorio, ya sea en áreas boscosas o linderos y claros, creciendo en mayor medida dentro de tierras calcáreas y húmedas, sobre todo en terrenos sin cultivar. Además, puede señalarse que florece a mediados de la estación cálida (es decir, entre julio y agosto) alrededor del hemisferio norte.

Características de la Clemátide

La Clematis vitalba consiste en una planta trepadora y vivaz, la cual se caracteriza por tener una corteza que es posible arrancar a tiras; supone una liana leñosa cuyos troncos son capaces de crecer con un diámetro de aproximadamente 10cm. Sus hojas cuentan con folíolos agudos, ovados, pocos o bastante recortados y hacen uso de otras plantas con el propósito de sostenerse.

Asimismo, hay que mencionar que posee una abundante floración; produciendo flores de un tono pálido y prominentes estambres, las cuales suelen desprender un leve aroma. Además, sus frutos destacan por ser pilosos y tener largos estilos a modo de plumones.

De la misma forma, la clemátide se caracteriza por acompañar a los árboles de mayor aspecto hasta una altura realmente sorprendente y al llegar el otoño suelen ser bastante características las semillas, junto a extensas aristas plumosas. También supone una planta de sencilla implantación, con un vigoroso y rápido crecimiento al contar con cierto nivel de humedad edáfica.

Usos

Los extractos que se pueden obtener a través de las partes aéreas de esta planta, han estado siendo usados a nivel global con el propósito de tratar procesos inflamatorios, por ejemplo, las diferentes clases de reumatismo, al igual que con la finalidad de bajar los estados febriles.

El extracto de clemátide se caracteriza por ser amargo y también irritante, además de contar con propiedades vesicantes y rubefacientes, siendo considerado bacteriostático. Asimismo, es preciso decir que debido a que la protoanemonina cuenta con la capacidad de ser absorbida mediante vía percutánea, podría llegar a causar posibles intoxicaciones.

rama con flores con especie de pelusa

Y a pesar de lo que muchas personas suelen creer, lo cierto es que la ingestión de la Clemátide podría provocar no solo diarrea intensa, sino también daño renal; igualmente, puede llegar a generar una intoxicación aguda la cual ponga en riesgo la vida del individuo.

Además, cabe decir que, aunque hoy en día se encuentra en desuso debido a los potenciales riesgos que supone su uso, la verdad es que la Clematis vitalba continúa siendo usada dentro del mundo de la homeopatía a modo de tintura elaborada a partir de sus hojas, tallos y fibras frescas; siendo aplicada en el tratamiento de inflamaciones de ganglios, pústulas, inflamaciones de los testículos y gonorrea.

Y antiguamente, a causa del poder vesicante con el que cuenta, solía ser usada entre los mendigos con el fin de causarse a sí mismos ulceraciones en la piel para lograr inducir la compasión de los transeúntes; razón por la cual también llegó a conocerse como hierba de los pordioseros.

De la misma forma, cabe señalar que suele ser usada en restauraciones ambientales realizadas en torno a bosques caducifolios, matorrales espinosos húmedos, torrentes y riberas de ríos; al igual que en taludes tanto al sol como a media sombra, los cuales cuenten con cierta humedad. Asimismo, dentro de la jardinería suele ser muy usada como planta trepadora con la finalidad de recubrir riberas en lugares que son relativamente húmedos y cuentan con un soporte que les permite trepar.

Cultivo

A grandes rasgos, se puede decir que la Clematis vitalba destaca por ser capaz de tolerar cualquier clase de sustratos. Sin embargo, se trata de un arbusto que prefiere principalmente los suelos profundos, pero hay que destacar que no necesita un suelo que cuente con un gran drenaje y además admite perfectamente las podas severas.

De cualquier manera, consiste en una planta que requiere de tierras fértiles y húmedas a fin de poder crecer adecuadamente, motivo por el cual resulta conveniente cerciorarse de proteger sus raíces a través de algún otro vegetal que les proporcione suficiente sombra.

Hay que tener en cuenta que la Clematis vitalba no debe ser cultivada dentro de una maceta plástica, debido a que la misma no será capaz de proteger sus raíces frente al calor cuando llegue el verano. De modo que los materiales más apropiados serán madera, terracota y/o piedra.

Conviene mencionar que se trata de un tipo de arbusto que posee una gran resistencia ante los cambios climáticos y también frente al frío. En el caso de esta planta es preciso cavar un agujero de gran tamaño, el cual tanga una anchura de al menos el doble de la maceta en la que se encuentra creciendo la planta y también la mitad de su profundidad. Y no hay que olvidar colocar materia orgánica en su base.

flores blancas del Clematis vitalba

En relación al riego hay que señalar que durante el verano resulta esencial regarla de forma abundante, debido a que a lo largo de esta época suele estar en pleno crecimiento. Asimismo, cabe mencionar que en su primer año de vida, en lugar de requerir una alimentación rica, la clemátide precisa de abundante agua; por lo que es preciso revisar los agujeros de drenaje que poseen las macetas y, en caso de ser necesario, ampliar aquellos que ya existen a fin de impedir la anegación de sus raíces.

Igualmente, es necesario que antes de plantar se aplique un poco de abono alrededor del suelo; en este sentido, puede ser provechoso el aplicar harina de huesos alrededor de la base de la Clematis vitalba, mientras la misma está en una fase de crecimiento.

Además, hay que tener en cuenta que la dosificación tiene que ser interrumpida en el momento en que las primeras yemas con flores nazcan y retomarla al finalizar la etapa de floración hasta mitad del mes de agosto. Sin embargo, en el caso de los ejemplares de floración tardía, resulta esencial esperar hasta la próxima primavera para comenzar nuevamente la dosificación.


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