Vamos a hablar de un tema un tanto especial, pero que a su vez es de suma importancia a la hora de querer tener un pequeño paraíso nada más salir de la vivienda: la combinación de colores en el jardín. Y es que, cuando hacemos una visita a un jardín botánico, todos nos maravillamos de la gran variedad de colores que presenta, y sobretodo, de cómo están distribuidas las plantas, pues sólo llaman la atención aquellas que nos llevan a puntos concretos (zona de descanso, fuente, la salida, entre otros).
Pero, ¿cómo podemos combinarlas para conseguir ese equilibrio, esa armonía?
Lo más importante es la discreción. Ambos extremos (demasiado/poco color) dañarán la estética de tu jardín, por lo que es importante que, antes de ponernos a plantar, hagamos un borrador un tanto diferente: en vez de poner los nombres de las plantas, divide tu terreno en zonas de colores. Puedes combinar dos o más en una misma zona para ver cómo queda.
También te recomiendo que elijas aquellos que vayan con tu carácter, que te representen de un modo u otro. Por ejemplo: si eres una persona tranquila, entonces los colores suaves como el rosa, blanco, malva… son para ti; en cambio si eres muy nerviosa y/o inquieta, quizás prefieras colores que destaquen mucho, como el amarillo o el rojo.
Y… ¿qué ponemos de fondo? Para no equivocarnos, es preferible poner un color que no destaque mucho, para que las plantas que estén delante puedan lucir más. Y aún te diré más: juega con la gama de colores. Ve poniendo aquellos más cálidos (es decir, el rojo, el amarillo o el naranja) delante, y a medida que te vas alejando pon aquellos más fríos (azules, morados o verdes).
Si te gusta el resultado final, entonces sólo te falta elegir las plantas que más te gusten, y plantar 🙂 .
Que disfrutes de tu jardín.