Si te gusta la cocina del altiplano, tendrás que nutrirte de algunos ingredientes originarios de América Latina que son muy utilizados para elaborar esos platos caracteristicos, tan cargados de sabor y aromas.
La comida mexicana por ejemplo se nutre de las diferentes variedades de pimientos, que utiliza de manera diferente en su recetario. Hoy nos dedicaremos a las guindillas, una variedad de chile picante que tiene gran personalidad y por eso es un ingrediente muy utilizado por los cocineros.
Algo sobre la guindilla
La guindilla pertenece a la familia Capsicum que reúne a todos los pimientos y, dentro de ella, a los chiles, que a su vez se dividen en un conjunto de variedades, como el Jalapeño, las semillas de Ñora o el chile Tahi.
Su sabor incisivo y picante es característica además de su aspecto: pequeño, alargado y de un color rojo furioso.
Originario de América, es hora de conocer el proceso de cultivo.
Guindillas en el huerto
Las condiciones necesarias son las siguientes: un lugar de sol pleno, una temperatura de entre los 8 y 10 grados centígrados por la noche y de 25 a 30 grados centígrados durante el día; un suelo fértil y rico en estiércol.
Antes de sembrar, deja reposar las semillas en agua durante un par de días, luego planta en semilleros y riega para humedecer la tierra. Luego de la germinación y cuando la plantula tenga cuatro o cinco pares de hojas, trasplántala a una maceta de al menos 10 cm. de diametro.
Ubícala en un lugar soleado y riega en forma moderada. Revisa la planta para evitar las enfermedades típicas de esta familia: pulgones, araña roja, trips, minadores y enfermedades como el Pythium, que pudre las raíces.
La cosecha puede realizarse desde mediados de verano a mediados de otoño. Puedes advertir que los frutos están maduros cuando tienen un rojo intenso. Recolecta y coloca tus guindillas en un lugar seco y ventilado.
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