Un bonsái es un árbol en miniatura que se cultiva en una bandeja. A pesar de su tamaño, tiene las mismas necesidades que cualquier árbol que crezca en el suelo; es decir, necesita agua, una exposición más o menos directa al sol para poder crecer y comida.
Esta comida se la deberemos de dar durante toda la temporada de crecimiento, desde primavera hasta finales de otoño. Pero, ¿cómo abonar un bonsái correctamente?
Hoy en día podrás encontrar abonos para prácticamente todo tipo de plantas, también para bonsáis. Estos abonos contienen los nutrientes que más necesitan, que son el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K), y dependiendo de cuál sea también pueden incluir otros microelementos (calcio, hierro, manganeso, etc.). Sin embargo, no siempre adquirimos los que más necesitamos. A veces se puede dar el caso de que adquirimos uno que favorece más la floración que el crecimiento, cuando a nosotros nos interesa más precisamente que la planta crezca, o viceversa.
Para evitar esto, tenemos que tener en cuenta que el nitrógeno es el encargado de hacer crecer las plantas; el fósforo es el que ayuda a formar nuevas raíces, producir flores y frutos, y el potasio contribuye a la floración y fructificación, así como a la maduración de los troncos leñosos.
Teniendo esto en cuenta, realmente no importará el tipo de abono que utilicemos (si líquido o granulado), pero sí que será necesario leer y seguir las indicaciones especificadas en el envase del producto para evitar el riesgo de sobredosis. En el caso de utilizar abonos granulados, es aconsejable usar cestillas para el abono gracias a las cuales permanecerá en su sitio.
¿Se pueden usar otros abonos? Claro. No es obligatorio usar sólo abonos para bonsái; es más, se pueden usar abonos orgánicos sin problema o ir combinando de los dos (una vez uno, la próxima otro). Así nos aseguraremos de que la planta recibe todos los nutrientes que necesita.
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