Cómo cuidar las calas en maceta: trucos y consejos

  • Elige un sustrato con buen drenaje y turba para asegurar un crecimiento saludable.
  • Mantén la tierra húmeda pero sin encharcar y ajusta el riego según la temporada.
  • Fertiliza cada dos semanas en primavera y verano para fomentar una floración abundante.
  • Poda regularmente las hojas marchitas y bulbos nuevos para mantener la planta vigorosa.

Las calas negras son muy peculiares y pueden tenerse en macetas

Las calas, también conocidas como lirios de agua, son plantas extremadamente populares debido a su inconfundible belleza y elegancia. Originarias de Sudáfrica, estas plantas se han ganado el corazón de jardineros y aficionados en todo el mundo. Ya sea que las cultives en jardines o dentro de casa en macetas, conocer los cuidados específicos que requieren es clave para garantizar su desarrollo saludable y su floración.

En este artículo, vamos a desgranar toda la información que necesitas para cuidar adecuadamente tus calas en maceta. Veremos desde el tipo de suelo que prefieren hasta la cantidad de riego y si necesitan algún tipo de fertilización específica. Sigue leyendo para descubrir todos los secretos de esta planta exótica y aprende a sacar el máximo partido de su belleza tanto en interiores como exteriores.

Orígenes y características de las calas

Las calas son originarias de Sudáfrica

Las calas (Zantedeschia aethiopica) son plantas perennes originarias de Sudáfrica, donde crecen de manera natural en zonas húmedas y cálidas. Esta planta destaca por su llamativo tallo floral que surge directamente del rizoma, y por sus hojas de color verde intenso en forma de flecha.

Aunque en general, se las conoce popularmente como lirios de agua, tienen una gran cantidad de nombres en función de la región, siendo algunos de los más comunes alcatraz, cartujo o aro de Etiopía. Sus flores, en realidad, son espatas, que son brácteas modificadas para proteger las flores verdaderas, que son pequeñas y crecen dentro de ese embudo característico. Estas plantas pueden alcanzar más de 1 metro de altura dependiendo de las condiciones de cultivo.

Temperatura y ubicación ideales

Los lirios de agua son plantas de semisombra, lo que significa que prefieren estar protegidas del sol directo, especialmente en climas cálidos. Las temperaturas ideales para su desarrollo oscilan entre los 14°C y 20°C. Aunque son capaces de sobrevivir a temperaturas ligeramente inferiores, es importante protegerlas de las heladas, ya que el frío extremo puede dañar sus rizomas.

Si decides cultivarlas en interiores, busca un lugar luminoso donde reciban luz indirecta durante unas horas al día. En climas más cálidos, es recomendable que se ubiquen bajo techos o protecciones que filtren la luz solar, ya que el sol directo puede quemar sus hojas y flores. En exteriores, si las cultivas en un jardín, procura plantarlas en lugares donde la sombra parcial sea predominante.

El mejor sustrato y drenaje

Las calas requieren pocos cuidados

Uno de los aspectos más importantes para cuidar una cala en maceta es el drenaje del sustrato. Las calas necesitan tierra húmeda pero no encharcada, por lo que es crucial elegir un suelo que permita un buen drenaje. Asegúrate de que la maceta tenga suficientes agujeros para evitar acumulaciones de agua.

El sustrato recomendado para calas en maceta incluye una mezcla rica en materia orgánica como turba o compost, y puedes complementarlo con perlita o vermiculita para favorecer una óptima aireación. Para asegurarte de que las raíces no se pudran, es recomendable colocar una capa de grava o arcilla en el fondo de la maceta para facilitar la salida del exceso de agua.

En el caso de plantar calas en el suelo de tu jardín, es ideal mezclarlas en terrenos profundos con compost o algún tipo de abono orgánico que retenga la humedad pero sin llegar a crear charcos. No olvides mantener el suelo bien aireado, y si es necesario, removerlo de vez en cuando para evitar la compactación.

El riego adecuado

Las calas necesitan riego regular para mantenerse saludables, pero ten cuidado de no pasarte con el agua, ya que el encharcamiento puede provocar la pudrición de las raíces. Durante la época de floración, que generalmente ocurre en primavera y verano, debes mantener el sustrato ligeramente húmedo. La clave es regar frecuentemente pero sin excesos.

En los meses de otoño e invierno, cuando la planta está inactiva, puedes reducir la frecuencia de riego de manera considerable. De hecho, algunas variedades de calas en maceta no necesitan riego en los meses más fríos, ya que la planta entra en un periodo de reposo vegetativo. Una buena práctica para evitar el exceso de riego es utilizar un plato debajo de la maceta para retener el agua drenada, lo que ayudará a mantener la humedad sin el peligro de ahogar las raíces.

La fertilización y el abonado

Plantar calas en maceta es muy sencillo

El fertilizante es esencial para mantener tus calas saludables y fomentar una floración abundante. Durante la temporada de crecimiento activo (primavera y verano), es recomendable fertilizar cada dos semanas con abonos líquidos. Los mejores fertilizantes para calas son aquellos equilibrados, que contienen los principales nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio.

En otoño es recomendable dejar de fertilizar para que la planta entre en su periodo de descanso. Si prefieres usar fertilizantes orgánicos, puedes optar por humus de lombriz o compost, lo que ayudará a mantener el sustrato fértil y bien nutrido. No olvides que la sobrefertilización puede ser tan peligrosa como la falta de nutrientes, y puede quemar las raíces o las hojas de la planta.

Poda y mantenimiento

La poda regular de calas es fundamental para mantener su belleza y salud. No es necesario podar esta planta de forma agresiva, pero sí debes eliminar las flores marchitas y aquellas hojas que se vean dañadas o amarillentas. Esto no solo favorecerá la aparición de nuevas flores, sino que además prevendrá posibles enfermedades o plagas.

En otoño, cuando la planta termina su ciclo de floración, se recomienda cortar todas las hojas a ras del suelo. De esta forma, la cala conservará su energía para rebrotar con más fuerza en la primavera siguiente.

Multiplicación de calas en macetas

Las calas se pueden reproducir fácilmente a partir de sus rizomas o mediante esquejes en agua. Uno de los métodos más comunes es la separación de los bulbos o rizomas, que se encuentran en la base de la planta. Para hacer esto, debes esperar hasta finales de otoño, cuando la planta ya ha terminado su floración.

Es muy sencillo: solo tienes que desenterrar la planta, quitar los bulbos que hayan crecido alrededor del rizoma principal y volver a plantarlos en macetas individuales. Este proceso permitirá que las nuevas calas crezcan fuertes y en su propio espacio, sin competir por los nutrientes con la planta madre.

Prevención de plagas y enfermedades

Las calas son plantas resistentes pero, como todas las especies vegetales, no están exentas de sufrir plagas o enfermedades. Las plagas más comunes que afectan a las calas son babosas y caracoles, que comen las hojas tiernas. Para mantener estas plagas a raya, puedes utilizar trampas naturales o aplicar productos específicos que sean respetuosos con el medio ambiente.

Otra plaga común son los pulgones, que atacan diferentes partes de la planta. Si ves que tus calas están sufriendo una invasión de pulgones, lo mejor es rociarlas con un pesticida orgánico o utilizar métodos caseros como el agua con jabón. También es importante mantener las hojas limpias, y si detectas alguna enfermedad fúngica como el mildiú, trata la planta con un fungicida lo antes posible para evitar que se propague.

Maximiza la floración

Si quieres que tus calas florezcan abundantemente, es fundamental prestar atención a sus necesidades durante la época de crecimiento. Asegúrate de proporcionarles una buena cantidad de luz indirecta, un riego adecuado y una fertilización frecuente durante primavera y verano. Colócalas en un ambiente cálido, pero sin sol directo que pueda quemar sus delicadas flores.

Otra práctica recomendada es eliminar las flores marchitas lo antes posible. Esto permitirá que la planta dirija su energía hacia la producción de nuevas flores. Además, si las condiciones son óptimas, muchas calas pueden llegar a tener florecimientos múltiples a lo largo de la temporada.

Floración de calas en maceta

Por último, recuerda que cada variedad de cala puede tener diferentes ritmos de floración. Algunas especies florecen entre febrero y marzo, mientras que otras lo hacen hasta octubre. Ten paciencia y disfruta del encantador proceso de crecimiento de esta bella planta.

Si sigues estos consejos y le prestas atención a las necesidades específicas de tus calas, podrás disfrutar de su elegante belleza durante todo el año, ya sea en el interior de tu hogar o en tu jardín.


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