Durante los meses que se nos avecinan tras haber pasado un estupendo verano, serán muchas las tareas que tendremos que llevar a cabo en el jardín, pero también en nuestros hogares.
Poco a poco nuestras flores van disminuyendo su ritmo de crecimiento, empezando así a ahorrar energías que les ayudarán a superar el invierno. Así pues, veamos cómo cuidar las plantas de interior en otoño.
Riego
Uno de los problemas más frecuentes a los que nos enfrentamos a la hora de cuidar de las plantas es el exceso de riego. Si bien durante el verano necesitan ser regadas a menudo para poder crecer y desarrollarse correctamente, en otoño tenemos que ir espaciando cada vez los riegos. Las plantas de interior en otoño comienzan, poco a poco, a entrar en una especie de »hibernación vegetal», en la que llegado el momento sólo gastarán energía en mantenerse vivas, deteniendo su crecimiento hasta que las temperaturas vuelvan a superar los 15ºC.
El riego, por lo tanto, tendrá que ser ocasional. Dentro de los hogares los sustratos tardan mucho más en secarse que si estuviesen expuestos al sol directamente. Así, regaremos sólo cuando lo veamos seco, que puede ser una vez por semana o cada 10 días.
Poda
La poda en otoño, en el caso del tema que nos ocupa, realmente no es muy necesaria. Pero, si deseas reproducir arbustos perennes, plantas crasas o incluso trepadoras, es un buen momento para hacer esquejes. Para ello, corta un tallo de unos 10cm de longitud (en el caso de las plantas crasas, bastará con coger una o dos hojas), y plántalo en una maceta con un sustrato muy poroso. Mantenlo en una ubicación luminosa, y ya verás como en primavera tendrás una nueva planta.
También será muy necesario quitar las hojas secas y las flores marchitas.
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