Cómo cuidar plantas aromáticas en el jardín

Cómo cuidar plantas aromáticas fácilmente

Las plantas aromáticas son una buena manera de decorar tu hogar y, a la vez, tener a mano hierbas frescas para cocinar. Te digo lo que necesitas saber para cuidar las plantas aromáticas para que estén siempre sanas y hermosas. Estas necesitan sol y agua para crecer sanas. Procura ponerlas cerca de una ventana o una puerta que reciba luz solar directa. No obstante, ten cuidado de no exponerlas demasiado al sol, pues podrían quemarse. Asegúrate de regar las plantas aromáticas a diario, especialmente durante el verano.

Si vives en una zona seca, puedes regarlas cuatro veces a la semana. Si vives en una zona húmeda, riégalas una vez por semana. Las plantas aromáticas también necesitan nutrientes para crecer sanas. En el caso de las hierbas, puedes fertilizarlas con una mezcla de agua y fertilizantes orgánicos. A medida que las plantas aromáticas crecen, es importante recortar las ramas y las hojas que estén muy largas. De esta forma, las plantas se mantendrán compactas y hermosas.

Las plantas aromáticas son una fuente de placer para nuestros sentidos, ya que nos proporcionan una fragancia agradable. Además, nos ayudan a purificar el aire y a combatir el estrés. Por esta razón, es importante saber cómo cuidar plantas aromáticas de forma adecuada.

Exposición de plantas aromáticas

Las plantas aromáticas tienen la característica de ser muy resistentes a condiciones adversas. Además, tienen una gran capacidad de adaptación incluso en espacios reducidos. La exposición más adecuada es la soleada, en un ambiente seco y cálido, evitando lugares expuestos al viento, frío y sombra.

Si el clima no es demasiado frío, pueden sobrevivir en el balcón incluso en invierno. Si, por el contrario, las temperaturas en los meses de invierno bajan significativamente, será recomendable mantenerlas cubiertas, cerca de una pared, si es posible, para evitar cambios bruscos de temperatura.

El suelo ideal de las plantas

Fertilización de plantas aromáticas

Las plantas aromáticas necesitan un suelo bien ventilado, que garantice un buen drenaje: un suelo demasiado compacto provocaría la pudrición de las raíces, un suelo demasiado drenante evitaría que absorba los nutrientes y el agua necesarios, debilitándolo y evitando que desarrollándose de forma natural. Por este motivo, es importante que se mezcle con perlita si la tierra es muy compacta para conseguir que crezcan correctamente.

Además, el suelo debe tener la cantidad necesaria de nutrición. Abundante en nutrientes puede dañar las plántulas, acelerando el crecimiento y reduciendo la intensidad de los aromas.

Fertilización de plantas aromáticas

Si el suelo ya contiene los nutrientes necesarios, las plantas crecerán fuertes y exuberantes sin necesidad de nutrientes adicionales. Aún así, has de saber que la ceniza, nunca en cantidades superiores a 1/4 del suelo total utilizado, es un excelente fertilizante natural y se agrega directamente al suelo antes de trasplantar o plantar las plántulas. Deben evitarse los fertilizantes demasiado ricos en nitrógeno porque este elemento podría debilitar las plantas y hacerlas demasiado frágiles.

Generalmente, las plantas perennes no deben fertilizarse más de tres veces al año. Si después de una cena con amigos queda una botella de vino tinto, en lugar de tirarlo, se puede utilizar diluido en mucha agua para regar las plantas.

Riego adecuado

Las plantas aromáticas, como todas las plantas, necesitan un suministro constante de agua. La primera consideración a tener en cuenta se refiere a la región donde vamos a cultivar nuestras hierbas. Para las plantas adultas, de hecho, la precipitación atmosférica normal puede ser más que suficiente, limitando el riego exclusivamente a períodos caracterizados por sequía prolongada. Es el caso del romero y la salvia, que viven de forma independiente, abasteciéndose de la cantidad de agua de lluvia necesaria para su crecimiento y desarrollo.

Otras especies como la menta o la albahaca deben regarse con mayor frecuencia. Lo importante es evitar el estancamiento del agua que puede provocar patologías peligrosas. Es fundamental que las plantas aromáticas no reciban demasiada agua. Una vez que se trasplantan al suelo o en la maceta, se deben regar sin mojar las hojas, poniendo agua directamente en el suelo. Posteriormente requieren poca agua y posiblemente por la mañana o por la tarde, pero nunca en las horas más calurosas del día.

Enfermedades de las plantas aromáticas

Las plantas aromáticas se cuidan fácilmente

Como todas las plantas, las plantas aromáticas también pueden ser atacadas por enfermedades fúngicas y parásitos. En estos casos, se recomienda el uso de pesticidas orgánicos para mantener alejados a los insectos. Pero debes tener en cuenta que muchas veces la muerte de estas plantas se deben únicamente a un riego excesivo.

Afortunadamente, la mayoría de las plantas aromáticas contienen ingredientes activos repelentes de insectos y parásitos. Sin embargo, algunas plantas como la albahaca, la salvia, el orégano y el romero pueden ser propensas a los ataques de hongos. En estos casos, no se recomienda ninguna intervención con pesticidas: la única solución es retirar las partes más dañadas para cuidarlas de una mejor manera.


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