Cómo cuidar plantas de interior en verano

Las plantas de interior necesitan cuidados en verano

El verano trae muchas cosas buenas: buenas temperaturas (al menos, a veces), días largos en los que poder disfrutar más del tiempo libre, flores y vida. Nuestras plantas de interior no son ajenas a estos cambios; de hecho, aprovechan este buen clima para crecer con más fuerza. Pero es precisamente por eso por lo que tenemos que estar algo más pendientes de ellas.

Y es que, si hay otros seres vivos que están también muy, muy vivos, son los hongos y los insectos, muchos de los cuales son enemigos de las plantas, como la araña roja o la cochinilla algodonosa por ejemplo. Así que aquí te dejo unos cuantos consejos que te serán útiles para saber cómo cuidar plantas de interior en verano.

Evita que les dé la luz de forma directa

Las plantas de interior necesitan cuidados en verano

Si bien esto hay que tenerlo en cuenta durante todo el año, durante el verano es cuando más atención debemos de prestarle. Las plantas de interior son originarias de las regiones tropicales o subtropicales del mundo, por lo que necesitan -algunas más que otras- mucha luz para poder crecer. Ahora bien, si las ponemos junto a una cristalera orientada al este, que es por donde sale el Sol en el hemisferio norte, o al oeste -si vivimos en el hemisferio sur-, se quemarán con rapidez.

Podemos evitar que esto ocurra echando la cortina, pero solo si esta es blanca, pues es la que deja pasar más luz; es decir, si es de un color oscuro, las protegeremos de los rayos del sol, pero además evitaremos que crezcan en condiciones.

Cuidado con las corrientes de aire

Las corrientes de aire pueden hacer daño a a las plantas

Durante el verano hacemos un gran uso de ventiladores, aire acondicionado,… incluso solemos tener abiertas las ventanas para que la vivienda se ventile. Esto es algo normal, y a menudo necesario para poder sobrellevar el calor. Pero si tenemos plantas de interior, hay que mantenerlas lejos de las corrientes de aire, muy especialmente de las del aire acondicionado y del ventilador, ya que son las que, con mayor probabilidad, hagan que las puntas de las hojas se sequen.

Y si no hacemos nada para evitarlo, al final todas las hojas pueden acabar mal. Además, es muy, muy recomendable evitar ponerlas en zonas de paso y en pasillos estrechos, puesto que nosotros mismos cuando pasemos podemos rozar con ellas; y esto si lo hacemos una vez no pasa nada, pero si lo hacemos cada día, esas hojas terminarán por romperse. Por este mismo motivo no se deben de poner ‘pegadas’ a la pared.

El riego ha de ser más frecuente que en invierno

Hay regar más en verano a las plantas de interior

Y es que, claro, la tierra se seca con más rapidez, pero además la planta crece más y, por consiguiente, necesita más agua. Pero hay que saber cuándo regar para evitar problemas de exceso o de falta de riego. Para ello, recomiendo coger un palito, bien sea de madera o de plástico, e introducirlo hasta el fondo de la maceta. De este modo, al extraerlo podrás ver si está húmedo o si está seco. En el primer caso, no tendrías que regar, pero en el segundo sí.

Otro truco que puede funcionar es el de coger la maceta justo después de regarla, y volver a hacerlo al cabo de unos días. Como el sustrato o tierra secos pesan mucho menos que una vez que absorben el agua, esta diferencia puede ser una buena guía para saber cuándo hay que regar.

Humedece toda la tierra

Cuando riegues, tienes que humedecer bien toda la tierra de la maceta. No vale con echar solo un poquito de agua, ya que de hacerlo puede que muchas raíces -las que están más al fondo- se quedan sin agua y se sequen. Siempre, siempre tienes que regar hasta que el agua salga por los agujeros de la maceta. En el caso de que les hayas puesto un plato debajo o estén dentro de un macetero, recuerda vaciarlos una vez que riegues, puesto que el agua que se queda dentro, estancada, aumenta el riesgo de pudrición, primero de las raíces, y posteriormente de las hojas y tallos.

Usa agua de lluvia para regar, o en su defecto, agua apta para consumo humano. Si vives en el mediterráneo por ejemplo es probable que la del grifo no sea potable y pueda matar tus plantas de interior (yo vivo en Mallorca y si regase mis plantas con el agua del grifo, me quedaría sin ellas pronto), por lo que será mucho mejor regar con agua de botella.

No podes salvo que sea necesario

En verano las plantas gastan mucha energía en crecer y algunas también en florecer. Por este motivo, no se deben de podar ya que con cada corte nos arriesgamos a que pierdan mucha savia y/o a que se vean afectadas por alguna plaga en breve. Tan solo cortaremos las partes que ya estén muertas, es decir, lo que ya no esté verde (o del color natural de la planta). Esto se aplica tanto a plantas de interior como de exterior, como las buganvillas, de la cual te dejo este enlace por si quieres más información al respecto:

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De todas formas, si tienes que podar, recuerda limpiar bien las herramientas para que no haya problemas. Nunca se sabe si nuestra herramienta pueda estar contaminada por esporas de hongos, por eso, más vale que la limpiemos antes de cada uso.

Abona para reducir el riesgo de aparición de plagas

Hay que dejar claro antes una cosa: una cosa es el abono, y otra muy distinta el insecticida. Pero si algo he aprendido desde el 2006, que fue el año en el que empecé a cultivar plantas, es que una planta que se riega cuando toca y se abona con cierta frecuencia, es difícil que tenga problemas de plagas, y si los tiene, ya te digo yo que le será más fácil recuperarse.

Por ello, antes de elegir un abono primero hay que saber qué tipo de planta vamos a abonar. Hoy en día se pueden encontrar fertilizantes para casi cualquier tipo: palmeras, cactus, orquídeas, etc.; de modo que solo tendremos que comprar el que nos interese y seguir las indicaciones del envase. En caso de que queramos abonar distintos tipos de plantas, podremos usar un fertilizante universal, excepto si tenemos orquídeas y/o carnívoras: las primeras requieren un fertilizante mucho más suave de lo que es el universal, y las segundas no se deben de abonar ya que absorben los nutrientes de sus presas a través de las hojas, y no de las raíces.

Ten listos tus productos antiplagas y antihongos

Todos estos seres vivos van a hacer todo lo que sea posible para atacar tus plantas, especialmente si estas no están pasando por su mejor momento. Araña roja, cochinillas, pulgones, hongos como la roya o el fusarium… pueden hacerles mucho daño. Por consiguiente, no está de más inspeccionar cada día o cada pocos días las hojas y tallos, ver bien si tienen alguna plaga, o algún hongo, o cualquier cosa que nos llame la atención (manchas que no tendrían que estar, por ejemplo).

Si vives con animales de compañía y/o niños pequeños, es muy, muy importante (yo diría incluso obligatorio, aunque obviamente no lo es) usar productos naturales que no sean tóxicos para ellos. Por ejemplo, a mí para las plagas me gusta mucho usar la tierra de diatomeas. Es lo que mejor resultado me ha dado para los ácaros como la araña roja, pulgones y otras. Para la cochinilla, te recomiendo poner en práctica el truco de mi madre: humedecer las hojas con cerveza (por supuesto, evita que tus animales y los más pequeños se acerquen a la planta al menos durante un día). Pero para los hongos sí que es mejor usar fungicida, ya que es lo único que puede combatirlos.

Espero que ahora sepas mejor cómo cuidar plantas de interior en verano. Cualquier duda, aquí estamos.


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