Cómo cuidar un bonsái de olmo

Ulmus parvifolia

Desde sus comienzos, en el mundo del bonsái se han trabajado con determinadas especies que, cumpliendo una serie de requisitos, se han ido convirtiendo en auténticas obras de arte viviente. Una de esas especies es el olmo, un árbol caducifolio que ha demostrado ser una auténtica joya para aquellas personas que se adentran por primera vez en este mundo.

En esta ocasión te voy a explicar cómo cuidar un bonsái de olmo, descubriéndote todas las virtudes de esta maravillosa planta arbórea.

¿Qué es un olmo?

Hojas de olmo

Cuando hablamos de olmos, podemos hacer referencia a cualquiera de estos dos géneros: Ulmus sp o Zelkova sp. Si bien son muy parecidos, de hecho forman parte de la misma familia de las Ulmaceae, hay sutiles diferencias que conviene saber.

  • Ulmus sp: Este es el verdadero olmo. Son árboles caducifolios originarios del Hemisferio Norte. En la flora urbana española, es habitual encontrarse en parques y/o en jardines botánicas el Ulmus pumila o el Ulmus minor. Sin embargo, es un género que se está viendo seriamente afectado por la grafiosis, un hongo que, una vez dentro del tronco, debilita a la planta hasta acabar con ella.
  • Zelkova sp: De hoja caducifolia, es originario del sur de Europa y este de Asia. Es también uno de los más utilizados para bonsái, especialmente la especie Zelkova serrata.

Cuidados del bonsái de olmo

Olmo

Ahora que sabemos qué es un olmo, sepamos cómo cuidarlo cuando se trabaja como bonsái:

  • Ubicación: el olmo es una planta que resiste muy bien el frío y las heladas, y que por lo tanto se puede -y se debe- de tener en el exterior durante todo el año.
  • Riego: para un correcto desarrollo, es conveniente mantener siempre ligeramente húmedo el sustrato.
  • Poda: la poda de formación, es decir, aquella cuyo objetivo es darle un diseño a nuestro árbol, se realizará a finales de otoño o principios de primavera. Sin embargo, las podas pequeñas, así como los pinzados, se pueden realizar durante toda la temporada vegetativa, dejando crecer unos 4 pares de hojas y dejando posteriormente dos hojas en cada ramita.
  • Trasplante: se recomienda cambiar de bandeja cada dos años.
  • Sustrato: crecerá de maravilla en 70% akadama mezclada con 30% de kiryuzuna. Si te cuesta conseguir alguno de estos materiales, puedes usar greda volcánica -en forma de gravilla- mezclada con bolas de arcilla o incluso con trozos muy pequeños de cerámica.
  • Abonado: es imprescindible, no sólo para el buen estado de salud del árbol, sino también para evitar que se vea afectado por alguna enfermedad, abonar desde primavera hasta finales del verano utilizando para ello un abono específico para bonsáis, o bien abonos naturales de liberación lenta.

Con estos consejos, tendrás tu bonsái de olmo en perfectas condiciones 🙂 .


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