La acelga es una verdura muy consumida en el mundo entera. Puede utilizarse en diversas preparaciones y por eso es tan popular.
A la hora de cultivar acelga, debes saber que prospera casi en cualquier suelo, lo único que necesita es que la tierra nunca se sature de agua. Por otro lado, si se quiere sacar un máximo provecho de esta verdura, se necesita una tierra rica en nutrientes y con muy buen drenaje. Para sembrarla, es necesario poner a remojar las semillas en agua uno o dos días antes de trasplantarla en la tierra.
Puedes comenzar a plantar las acelgas 2 o 3 semanas después de la última helada de la temporada, idealmente en primavera, para que alcancen a desarrollarse para fines del verano. Si vives en un lugar de clima cálido donde el invierno no es muy frío, se pueden plantar a fines del verano para cosechar en invierno.
Lo más recomendable es ubicar a esta planta en lugares con buena exposición solar, como jardines o terrazas, pero también puede tolerar algo de sombra. En cuanto al riego, lo ideal es regarla 2 o 3 veces a la semana.
Si hablamos del suelo, lo mejor es que crezca en suelos profundos pues la acelga puede hundir sus raíces hasta 90 cm y así es como podrá obtener todos los minerales que necesita. En cambio, en el caso de las acelgas que se siembran en macetas, las raíces se envuelven rápidamente en el recipiente y dejan poco espacio para tener otro cultivo en el mismo macetero.
Cuando las hojas de la acelga alcanzan los 18 cm es momento de arrancar las que están hacia afuera. Cuando la planta está más grande se arrancan las hojas verdes y las penca.
Al momento de cocinar la acelga se debe hervir por separado las hojas de la penca (tallo), debido a que tienen distintos tiempos de cocción. Esta deliciosa verdura se come cocida y acompaña la carne o el pollo.
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Fuente – Huerto urbano
Foto – Macrofinanzas