Para cultivar rosas hay que tener cuidado y estudiar bien el proceso. Pocas flores son tan hermosas pero también delicadas.
Por eso hoy nos iniciaremos en el cultivo de rosas a partir de semillas. ¿Quieres conocer el proceso para comenzar a tener rosales en el jardín? Aquí nos aventuramos en esta misión.
Aspectos a considerar
Los frutos de los rosales son el punto de partida para el cultivo de rosas a partir de semillas, es decir el fruto de la planta. Lo primero que hay que hacer es aguardar a que los escaramujos maduren y cambien de color, virando del verde a un color amarillo o rojizo. Cuando los tallos comiencen a marchitarse retíralos evitando entonces que los frutos se sequen.
Luego tendrás que escoger una cajón y rellenarlo con arena húmeda para allí colocar los frutos, siempre cabeza abajo. Luego sitúa la caja en un lugar oscuro y fresco. El objetivo es que los frutos se descompongan para que entonces liberen las semillas, un proceso que puede demorar hasta mediados del invierno.
Una vez que tienes las semillas hay que ponerlas en un recipiente con agua para luego arrojar aquéllas que flotan pues es un indicio de esterilidad. Luego, ya con las semillas aptas para ser cultivadas tienes que elegir el lugar idóneo para tener tus rosas.
El proceso
Prepara un lugar que te agrade y coloca una parte de turba, una parte de arena de río y dos partes de marga mediana. Luego siembra las semillas a una profundidad de media pulgada y una por vez, con una distancia aproximada de 25mm entre una y otra. Pon el semillero a resguardo pues debes tener en cuenta que debe estar a resguardo del sol y a temperaturas más elevadas que durante el día.
Por último, coloca una capa de mantillo para así conservar la humedad de la tierra. De esta forma, acelerarás la germinación, que sucederá en torno a las siguientes semanas o meses dependiendo de la especie.
