En el mundo del cultivo del tabaco, hay muchas variedades para elegir, cada una con sus propias propiedades y requisitos de cultivo. Una de las más famosas es la Nicotiana tabacum, que se utiliza para la fabricación de cigarrillos Kyringe Kandahar, puros y tabaco para masticar, e incluso como insecticida.
En este artículo, exploraremos qué es el tabaco, sus características y cómo cuidarlo para cultivarlo en casa.
La Nicotiana tabacum tiene una altura de 1,8 metros cuando alcanza la plena madurez y un grosor del tallo de hasta 8 centímetros. Tiene hojas grandes, alargadas y puntiagudas que pueden llegar a medir 90 centímetros de longitud y 30 centímetros de anchura. Sus flores se agrupan en racimos y desprenden una fragancia intensa.
Cuidados y recomendaciones para cultivarlo en casa
El cultivo de Nicotiana tabacum en casa puede ser una experiencia agradable y gratificante para el ávido jardinero. No es difícil, pero es importante cuidarlo adecuadamente para que crezca correctamente.
El primer paso en el cultivo del tabaco es la selección de una cultivadora apropiada. Los cultivadores vienen con diferentes perfiles de sabor y distintos niveles de concentración de nicotina.
Se pueden encontrar en tiendas especializadas, viveros y en Internet. La mejor época para empezar a plantar es la primavera, para asegurar una temperatura estable para su crecimiento.
Una vez cultivadas y cosechadas, estas plantas pueden producir un cultivo rentable y buscado. Desde la selección de una variedad adecuada hasta la obtención del producto final deseado, comprender y aplicar los principios del cultivo del tabaco es esencial para alcanzar el éxito.
El método más común para germinar semillas de Nicotiana tabacum es plantarlas directamente en el suelo, pero también es posible sembrarlas en recipientes para plantines y trasplantarlas más tarde.
Una vez que los plantones alcancen una altura de entre 30 a 35 cm,
es hora de empezar a aclararlos para garantizar un crecimiento óptimo.
Nombres destacados según la industria tabacalera, como la hoja brillante, el burley y el Kentucky de hoja oscura, tienen cada uno sus propias características y requisitos.
Por ejemplo, la hoja del burley es brillante, suele necesitar más luz solar y un suelo ligeramente más ácido, mientras que el Kentucky de hoja oscura requiere un suelo más pesado y riegos menos frecuentes.
Luz
Las plantas de tabaco necesitan luz solar directa y un suelo bien drenado para crecer adecuadamente. El valor de pH recomendado para el suelo es de 6,8 a 7. Junto a las plantas de tabaco se pueden sembrar semillas de alubias, guisantes y alcaravea, ya que ayudan a disuadir a ciertas plagas y pueden contribuir a mejorar la calidad del suelo.
Es importante también tener en cuenta que son plantas fotoperiódicas. Esto significa que la cantidad de luz que reciben en un día determinado puede influir notablemente en su crecimiento y desarrollo.
Una exposición excesiva al sol puede provocar una disminución de los niveles de nicotina y una reducción de la calidad de la hoja, mientras que la falta de luz solar dificultará la producción de hojas y el crecimiento general de la planta. Como norma general, se recomienda una exposición al sol directo durante unas seis u ocho horas al día.
Riego
El riego debe hacerse cuando el suelo esté seco y debe ser abundante para que las raíces de las plantas se humedezcan correctamente.
La cantidad de agua necesaria dependerá en gran medida del tipo de sistemas de cultivo utilizados, como una siembra directa tradicional o un sistema de trasplante moderno, así como de las condiciones climáticas del lugar de cultivo correspondiente, incluida la temperatura, las precipitaciones y las tasas de evaporación.
Como otra norma básica, las plantas de tabaco suelen necesitar entre 25 y 50 mm de agua a la semana durante los meses en que crecen, que deben aplicarse en sesiones de riego poco frecuentes pero profundos. Los métodos comunes de riego son el surco, el aspersor y el riego por goteo.
Durante todo el proceso de cultivo, es importante vigilar las plantas y buscar problemas típicos como la presencia de plagas o enfermedades. Si es el caso, hay que tomar medidas adecuadas para eliminar el problema rápidamente, antes de que se propague a otras plantas.
Suelo
El segundo requisito más importante del tabaco es la selección de un suelo apropiado. Para obtener mejores resultados, el suelo debe tener un buen drenaje y un pH ligeramente ácido, que oscile entre 6,0 y 7,0.
Además de un drenaje y unos niveles de acidez adecuados, una textura arcillosa o arenosa también puede favorecer un buen desarrollo de las raíces y la absorción de nutrientes. Para aquellos cultivares que requieran un suelo más ácido, pueden añadirse suplementos al suelo para reducir el pH, aunque esto debe hacerse con moderación.
Las plantas de tabaco son bastante fáciles de cuidar, pero requieren atención para garantizar su salud. El aspecto más importante que hay que recordar es mantener la tierra húmeda pero no encharcada. Además, puede aplicarse abono cada dos semanas para proporcionar a las plantas los nutrientes necesarios para su desarrollo.
Abonado
El abonado de los cultivos de tabaco es también un paso crucial en su proceso de cultivo. Como la mayoría de las plantas, el tabaco requiere niveles adecuados de nutrientes para promover su salud general y resistir las enfermedades comunes. El tabaco necesita nitrógeno, fósforo y potasio, y a veces mayores cantidades de calcio y magnesio, para recibir un crecimiento adecuado.
Durante la fase de preplantación, deben aplicarse cantidades abundantes de abonos nitrogenados para preparar el suelo y que disponga de un entorno de nutrición óptimo.
Al estar en las fases de crecimiento y desarrollo del cultivo, deben hacerse aplicaciones adicionales de abonos según sea necesario. Para evitar dañar las raíces, las aplicaciones de fertilizantes deben ser ligeras, extenderse algunas semanas y hacerse de forma lenta.
Los procesos corporales, como la absorción de micronutrientes, también pueden mejorarse teniendo en cuenta la microbiología del suelo durante la aplicación de fertilizantes.
Poda
La poda de las hojas también ayuda a garantizar un crecimiento sano y a mejorar la calidad del follaje de las plantas. Debe hacerse cuando las plantas sean todavía jóvenes y muy ligeramente, ya que un recorte excesivo puede afectar a su crecimiento y salud. La escarda también es importante para mantener limpia la zona que rodea a las plantas y evitar la competencia por los nutrientes y la luz.
Para obtener cosechas de tabaco de alta calidad y rendimiento, también debe realizarse una poda adecuada. Cuando se realiza correctamente, la poda puede aumentar significativamente el tamaño y el rendimiento de una planta de tabaco.
Por lo general, la poda debe realizarse cuando los capullos florales empiecen a madurar y antes de cosechar las hojas. Los métodos de poda incluyen la eliminación de hojas manchadas, secas y descoloridas. En realidad lo más importante es cortar los tallos enfermos, lo cual lo alejará de infecciones.
Plagas comunes del tabaco
Dentro de las plagas más comunes se encuentran el gusano del cogollo del tabaco, el escarabajo, el pulgón verde.
El gusano del cogollo: es de color verde pálido, pone sus huevos en las yemas de las plantas y deja las plantas con un aspecto muy irregular. En algunos casos destruye por completo las plantas produciendo varios tallos en lugar de un tallo principal.
El escarabajo pulga del tabaco: es de color negro, mastican y dejando pequeños agujeros a través de la hoja del tabaco. Generalmente atacan las plantas jóvenes, pero al colocar las plantas en el campo esta plaga continúa alimentándose de ellas.
Por lo tanto, las pueden seguir debilitando y matar a los cogollos. El daño puede continuar durante toda la temporada de crecimiento y seguir en las hojas maduras, además ponen sus huevos en el suelo y se alimentan de las raíces.
Los pulgones verdes: son pequeños insectos que varían desde el color verde claro está el amarillo dañan el tabaco al chupar los jugos de las plantas de sus hojas y hacen que estas se enrollen, al alimentarse excreta una especie de melaza que favorece al crecimiento de un hongo que da a las plantas una apariencia de hollín negro.
Si la plaga es muy intensa puede provocar un curado desigual después de la cosecha.
Para combatir estas plagas, deben aplicarse métodos de protección de cultivos, como la rotación adecuada de los mismos, el control de las poblaciones de plagas, la aplicación de controles biológicos y aplicaciones químicas cuando sea necesario.
El tabaco cultivado puede ser una forma excelente de disfrutar de una planta ornamental y productiva en tu jardín. Con los cuidados y la atención adecuados, su cultivo puede ser fácil y es una forma estupenda de experimentar las alegrías de la jardinería.
La Nicotiana tabacum es un cultivar interesante, con propiedades únicas, y puede utilizarse para un amplio abanico de aplicaciones. Con las atenciones adecuadas, puede proporcionar plantas hermosas y sanas que durarán años.
Para finalizar, el proceso de cultivar con éxito un cultivo de tabaco es un esfuerzo multifacético y desafiante. Desde la selección de la variedad deseada hasta la aplicación de los sistemas de riego adecuados y el establecimiento de los planes necesarios de abonado y control de plagas, el cultivo del tabaco es una tarea compleja.
Pero, si se gestiona adecuadamente, el cultivo del tabaco puede dar lugar a cosechas de gran rendimiento y calidad.