¿Cómo cultivar tomate?

Cinco tomates maduros

El tomate es una de las hortalizas más cultivadas en todo el mundo. Su rápido crecimiento y su alta productividad hacen de esta planta una de las más queridas por los agricultores, ya que con unos mínimos cuidados se puede tener una cosecha excelente.

Sin embargo, ¿qué podemos hacer para asegurarnos de que realmente vamos a poder degustar ese sabor auténtico y natural que tiene? Leer este especial 🙂 . Al terminar sabremos cómo cultivar tomate sin productos artificiales.

¿Cómo es la planta del tomate?

Plantación de tomates en un huerto

La planta del tomate o tomatera, conocida también como jitomate, es una herbácea anual cuyo nombre científico es Solanum lycopersicum. Es originaria del Centro y de Sudamérica. Se caracteriza por crecer hasta alcanzar una altura de 1 metro, con tallos ramificados, densamente glanduloso-pubescentes con pelos cortos y largos. Las hojas son ovadas, imparipinnadas o biimparipinnadas con peciolo, y miden hasta 25cm.

La inflorescencia está compuesta por 3-7 flores hermafroditas, sin brácteas, de color amarillo. Una vez son fertilizadas, comienza a madurar el fruto que es una baya globosa o alargada, de hasta 8 centímetros de diámetro, de color normalmente rojo. En su interior podemos encontrar las semillas, que son ovoides, parduzcas, de 2,5 por 2mm.

¿Cómo se cultiva?

Siembra

Tomate maduro cortado por la mitad

Para tener buenas tomateras es muy recomendable empezar a cultivarlas adquiriendo sus semillas en primavera. En esta estación, como todavía no hace mucha calor, las plántulas podrán crecer a buen ritmo. Así pues, una vez adquiridas es muy recomendable introducirlas en un vaso con agua donde permanecerán 12 horas, tras las cuales podremos desechar (o sembrar en un recipiente aparte) aquellas que se queden flotando pues la probabilidad de que germinen es baja.

Como semillero usaremos cualquier cosa que se nos ocurra: macetas, bandejas de plástico (de semillero), bandejas de corcho con agujeros, envases de leche, vasos de yogur, botellas de plástico con al menos un agujero para el drenaje,… Independientemente de lo que usemos, lo rellenaremos con mantillo, o con un sustrato que venden ya mezclado en los viveros que es específico para semilleros o para huerto.

Como las tomateras son plantas de muy rápido crecimiento, es conveniente poner las semillas a una distancia de 2-3cm, ya que así podrán crecer todas más o menos al mismo ritmo. Asimismo, las tenemos que cubrir con una fina capa de sustrato, sólo un poco de tierra para que no estén expuestas al astro rey de forma directa.

Después de regar y de colocar el semillero a pleno sol, para prevenir hongos podemos esparcir sobre la superficie cobre o azufre. Manteniendo la tierra húmeda (pero no encharcada) las semillas germinarán a los 3-5 días.

Repicado

El repicado consiste en separar las plántulas, desechando aquellas que estén creciendo débiles o enfermas. Debemos de hacerlo en cuando las raíces empiecen a asomar por los agujeros de drenaje, es decir, cuando las plantitas tengan una altura de unos 10cm. Hay que hacerlo con mucho cuidado, puesto que las tomateras a esta edad son muy frágiles.

Teniendo esto en cuenta, las extraeremos del recipiente, introduciremos el cepellón (pan de tierra) en un bol con agua, y con delicadeza vamos a ir retirando la tierra de las raíces. Enseguida que terminemos, las desenredamos y las plantamos en una maceta individual de unos 10,5cm de diámetro con sustrato de cultivo universal o para huerto. En ella deben permanecer hasta que, de nuevo, se le salgan raíces por los agujeros de drenaje.

Trasplante o plantación en el huerto

Cultivo de tomate en ramo

Cuando tengamos ya plantitas creciditas, será el momento de decidir qué hacer con ellas: si las plantamos en una maceta definitiva o en el huerto. Tanto si optamos por una como por la otra opción, a continuación sabremos cómo proceder:

Trasplante a una maceta

  1. Lo primero que hay que hacer es adquirir una maceta grande, de unos 40cm de diámetro.
  2. Después, la rellenamos con sustrato de cultivo para plantas.
  3. A continuación, en el centro, hacemos un agujero para que pueda caber la tomatera.
  4. Después, extraemos la planta de su antigua maceta y la colocamos en la nueva teniendo cuidado de que no quede ni muy por debajo ni por encima del borde.
  5. Terminamos de rellenar si es necesario, y le colocamos un tutor.
  6. Finalmente, regamos a consciencia.

Plantación en el huerto

  1. Antes de nada hay que preparar el terreno: quitar las hierbas, abonar la tierra con abonos orgánicos, nivelar con un rastrillo e instalar el sistema de riego por goteo.
  2. Después, se han de colocar los tutores por los cuales las tomateras podrán desarrollarse bien.
  3. Luego, se hace un agujero de plantación de unos 20cm de profundidad, y se plantan las plantas.
  4. Finalmente. se riega.

Mantenimiento de las tomateras

Para que nuestras tomateras puedan producir una gran cantidad de frutos es muy importante que les proporcionemos una serie de cuidados, que son:

  • Riego: tiene que ser muy frecuente, especialmente si vivimos en una zona calurosa. Hay que evitar que la tierra se seque.
  • Abonado: durante toda la temporada debemos abonarla regularmente con abonos orgánicos, como por ejemplo el guano o el estiércol de gallina (si lo podemos conseguir fresco, lo dejaremos secar al sol una semana).
  • Poda: debemos de quitar todas las hojas marchitas y los chupones (son hojas que saldrán donde ya ha brotado una rama) que salgan por debajo de la primera rama con flores.

Plagas y enfermedades del tomate

Daños por araña roja en una hoja

Daños por araña roja

Son muchos los problemas que pueden tener estas plantas. Las más comunes son:

Plagas
  • Araña roja: son ácaros que se desarrollan en el envés de las hojas, donde causan decoloraciones o manchas amarillentas. Se eliminan con acaricidas, o con aceite de neem.
  • Mosca blanca: absorben la savia de las hojas. La melaza que excrata atrae al hongo negrilla, que es el que causa daños en las plantas y, sobretodo en los frutos. Se pueden controlar con aceite de neem y con trampas cromáticas amarillas.
  • Pulgones: se adhieren a las hojas, desde donde se alimentan. Podemos evitarlos y/o tratarlos con trampas cromáticas amarillas, aceite de neem, o jabón potásico.
  • Trips: son parásitos parecidos a las tijeretas pero mucho más pequeños (1cm más o menos) que se adhieren al envés de las hojas, donde causan decoloración y finalmente el tejido dañado se necrosa. Se eliminan con insecticidas como Clorpirifos, o con productos naturales como el jabón potásico.
Enfermedades
  • Botritis: en las hojas y flores se producen lesiones de color pardo. Se trata con fungicidas sistémicos.
  • Oidio: es un hongo (Leveillula taurica) que causa manchas amarillas en el haz que se necrosan por el centro. Se puede observar un polvillo blanco en el envés de las hojas. Se controla con fungicidas a base de azufre.
  • Fusarium: es un hongo que afecta a las hojas, empezando por las más bajas. Lamentablemente, el único remedio es preventivo: la rotación de cultivos, desinfectar el suelo (mediante la solarización por ejemplo), y utilizar sustratos nuevos en el caso de que se tengan plantas en maceta es lo que podemos hacer para evitar la proliferación de este hongo.
  • Damping-Off: es la muerte de las plántulas por podredumbre del tallo causada por hongos del géenro Fusarium, Rhizoctonia y Phytophthora. Se previene con cobre, azufre y fungicidas.

Recolección

Los tomates estarán listos para ser recolectados a los 2-3 meses de su siembra. Cuando hayan adquirido su color definitivo, será el momento de cosecharlos.

Vista de la hoja, flor y fruto de una tomatera

¡Que tengas una buena siembra! 🙂


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