¿Cómo diferenciar el flamboyán del jacarandá?

El flamboyan es un árbol tropical

Hay una serie de árboles que, pese a ser de distintas especies (y en muchos casos, pertenecer a géneros y hasta a familias botánicas diferentes) tienen características tan similares que se hace difícil saber cuál es cuál, sobre todo cuando no tienen flores.

Por ejemplo, ¿cómo diferenciar el flamboyán del jaracandá? Ambos son árboles muy parecidos, aunque como vamos a ver a continuación, cada uno de ellos es único.

¿Cómo diferenciarlos por sus características?

Vamos a empezar por lo básico: aprender a diferenciar un jacarandá de un flamboyán solo mediante la observación.

Origen

La principal diferencia es que el flamboyán, cuyo nombre científico es Delonix regia, es una fabácea (leguminosa, como las plantas del género Acacia) originaria de la selva caducifolia de Madagascar. Puede crecer hasta los 12 metros, y puede ser de hoja perenne o caduca dependiendo de las condiciones del clima y del lugar. Por ejemplo, si hay una marcada estación seca, se quedará sin su follaje hasta que regresen las lluvias.

El jacarandá por su parte, es un árbol caducifolio cuyo nombre científico es Jacaranda mimosifolia. Pertenece a la familia Bignoniaceae (es decir, que es pariente de las bignonias y similares), y en condiciones muy favorables puede alcanzar los 20 metros, aunque lo más normal es que no supere los 15 metros. Si el clima es cálido y llueve con regularidad le puede pasar algo similar a lo que le ocurre al flamboyan, es decir, que puede mantener todas sus hojas o parte de ellas.

Copa y hojas

Cuando un árbol florece, ya se considera maduro

La copa del flamboyán es típicamente aparasolada, llegando a medir hasta 10-12 metros de diámetro. Incluso desde joven ya ‘apunta maneras’ el primer año de vida. Se ve bien que las ramas crecen de tal forma que, sobre todo con el paso del tiempo, van viéndose como si de un parasol se tratase. Es un árbol que ramifica bastante, y que por lo tanto acaba formando una copa muy poblada de hojas. Estas hojas son bipinnadas, compuestas por unos 20-40 pares de pinnas o folíolos que a su vez se dividen en 10-20 pares de folíolos secundarios. Estos son de color verde y el tamaño adulto de cada hoja mide entre 30 y 50 centímetros de largo.

El jacaranda es un árbol que se conoce como palisandro

En cuanto al jacarandá, la copa no siempre es igual. A veces es piramidal, otras también aparasolada… En definitiva, es irregular. Es habitual que sea también abierta, y que tenga un diámetro de hasta 12 metros. Las hojas son bipinnadas, compuestas por 25-30 pares de folíolos pequeños de color verde oscuro por el haz y pálido por el envés, y con textura pubescente. Miden entre 30 y 50 centímetros de largo.

Flores

El flamboyan tiene flores rojas o naranjas

Imagen – Flickr/Mauricio Mercadante

Las flores son la parte de los árboles que más se diferencian. Las del flamboyán son grandes, de hasta 8 centímetros de largo, y está formada por cuatro pétalos rojos más uno llamado estandarte, que es más largo, y tiene manchitas amarillas y blancas. Hay otra variedad, la Delonix regia var. flavida, que tiene las flores amarillas.

El jacarandá es un árbol conocido como palisandro

Por otro lado, el jacarandá produce flores que se agrupan en panículas terminales, las cuales miden de 20 a 30 centímetros. Estas tienen una corola tubular y 5 pétalos soldados, y son de color azulado.

Fruto y semillas

El fruto del flamboyan es una legumbre

Tanto el fruto como las semillas de uno y otro son muy diferentes. El fruto del flamboyán es una legumbre leñosa de hasta 60 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho, y contienen semillas de 1 centímetro o menos de largo, muy duras y de color marrón.

Los frutos del jacarandá son leñosos

Imagen – Wikimedia/Philmarin

Si hablamos del jacarandá, el fruto es plano, con forma casi redondeada (similar a una castañuela), y mide unos 6 centímetros de diámetro. Al principio es verde, pero se vuelve de color pardo oscuro cuando termina de madurar. En su interior contiene semillas de color marrón oscuro con alas casi transparentes.

¿Cómo diferenciarlos según sus necesidades de cultivo?

Ahora que sabemos cómo es cada uno, creo interesante hablar también de las necesidades que tienen a la hora de cultivarlos.

Clima

Delonix regia o flamboyán en flor

El flamboyan es un árbol tropical, y como tal, no es una planta que se pueda cultivar en zonas donde hay heladas. Yo misma lo he intentado varias veces, y a pesar de que la temperatura más baja que hay en mi zona es de -1,5ºC y por poco tiempo, no consiguen sobrevivir. Pierden las hojas en invierno, y luego les cuesta arrancar. El segundo año ya se secan. Es una pena, pero en base a mi experiencia no recomiendo cultivarlo a menos que no haya heladas en tu zona, ni siquiera débiles. Quizás un ejemplar adulto aguante algo de frío, pero los jóvenes son muy vulnerables a las bajas temperaturas.

Por otro lado tenemos el jacarandá. Este es bastante más resistente. Aunque pierde las hojas con el frío y las heladas, aguanta bien hasta los -4ºC. Por este motivo, es un excelente candidato para cultivar en jardines desde tropicales hasta templados cálidos.

Ubicación

Ambos quieren sol, y ambos han de plantarse a una distancia mínima de 7 metros de muros, tuberías y demás. Ahora bien, el flamboyán, si va realmente bien, puede tener raíces mucho más largas; no en vano, está adaptado a vivir en zonas donde es normal que haya una marcada estación seca; por consiguiente esas raíces van a ir en busca de agua.

El jacarandá, en cambio, no tiene raíces invasivas. Cuando no recibe el agua que necesita, sea de lluvia o de riego, lo pasa mal.

Riego

El jacaranda es un árbol ornamental

Imagen – Wikimedia/Kgbo

Las necesidades de riego de uno y otro son similares; es decir, hay que procurar que la tierra no permanezca seca mucho tiempo. Pero… ¿qué ocurriría si hay una sequía y tenemos los dos árboles en el suelo? Bueno, si llevan más de un año plantados, estarán aclimatados.

Ahora bien, el jacarandá lo pasaría mal si esa sequía se combina con altas temperaturas (35ºC o más), y aún lo pasaría peor si la humedad ambiental es baja, pues perdería mucha agua y no tendría cómo rehidratarse (en ambientes con humedad relativa alta, al menos podría ‘beberse’ las gotitas de rocío que se quedan depositadas en sus hojas).

Como has podido ver, el flamboyán y el jacarandá son dos árboles preciosos, pero con características que los convierten en plantas ideales para climas distintos.


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