El rododendro es un arbusto perennifolio originario del sudeste de Asia que produce unas flores magníficas. Hay diversas especies, pero todas ellas son una auténtica maravilla. Sus flores, de colores tan diversos como rojo, rosa o blanco, combinadas con esas hojas de color verde oscuro hacen que cualquier rincón se beneficie de su presencia.
Ahora bien, ¿cómo controlar su crecimiento? Si necesitas tener un ejemplar más pequeño o más redondeado, sigue leyendo para saber cómo es la poda del rododendro.
¿Cuándo se poda?
El rododendro, como comentábamos, es una planta perennifolia. Crece durante buena parte del año, pero en otoño-invierno (dependiendo de la temperatura de la zona) se mantendrá en reposo. De hecho, cuando los termómetros empiezan a marcar menos de 10ºC su crecimiento se ralentiza tanto que, en el caso de producirse heladas, se parará. ¿Por qué te estoy diciendo todo esto?
Porque es importante saber cuándo vuelve a despertar para podarlo. Y eso ocurre en primavera, justo cuando florece. Pero ojo: no hay que podarlo mientras florezca, sino después.
¿Cómo se hace?
El rododendro es una planta que no se suele podar, a menos que sea realmente necesario. Si ese es tu caso, entonces te recomendamos hacerlo de la siguiente manera:
- Quítale las ramas secas, enfermas o débiles.
- Retira las flores marchitas.
- Obsérvalo desde lejos y mira qué ramas han crecido demasiado para luego recortarlas lo que sea necesario.
Debes procurar darle una forma redondeada u ovalada, ya que esa es su forma natural. Ahora bien, también puedes darle forma de arbolito, dejándole el tronco desnudo (sin hojas) hasta el nacimiento de las ramas principales.
Recuerda utilizar herramientas de poda adecuadas: tijeras de poda para las ramas más delgadas y una pequeña sierra de mano para cortar tallos que midan 2cm o más de grosor. Desinféctalas antes y después de usarlas con alcohol de farmacia para prevenir infecciones.
¿Te ha sido de utilidad?