Hoja con mildiu.
Los hongos son unos microorganismos capaces de acabar con las plantas en cuestión de días, y lo peor es que cuando nos damos cuenta de que les pasa algo, la gran mayoría de veces ya no se suele poder hacer nada para salvarlas.
Afortunadamente, en casa seguro que tenemos algunas cosas que nos serán muy útiles para evitar que las sigan perjudicando o, al menos, para prevenir las otras plantas que tengamos. Por este motivo, te voy a explicar cómo hacer un fungicida casero, o varios 😉 .
Contenido del artículo
Leche y bicarbonato
Para preparar un litro de este interesante fungicida casero necesitas 8 partes de agua de lluvia (o sin cal), 2 partes de leche desnatada y 20 gramos de bicarbonato de sodio por cada litro de esta mezcla. Lo removemos bien para que quede todo diluido, rellenamos un pulverizador con la mezcla y pulverizamos la planta que queramos tratar y/o proteger durante dos días seguidos al atardecer.
Bicarbonato y jabón
Se trata de unos de los fungicidas más utilizados. Tan sólo hay que mezclar cuatro cucharadas de bicarbonato de sodio con otras cuatro cucharadas de jabón de lavar los platos (sin detergente ni lejía) en 3,5 litros de agua. Se remueve bien y listo: ya podrá ser aplicado con un pulverizador.
Piedra caliza molida y sulfato de cobre
Para prepararlo necesitas siete cucharadas de sulfato de cobre en polvo, tres cucharadas de piedra caliza y un litro de agua. Se mezcla todo bien, y se aplica con un pulverizador durante el otoño y el invierno para prevenir enfermedades fúngicas.
Eso sí, hay que tener presente que el cobre puede lixiviarse y contaminar las corrientes de agua, por lo que no hay que abusar.
Canela
La canela molida es un fungicida que se puede aplicar tanto para prevenir como para tratar. Espolvorea un poco sobre la superficie del sustrato o tierra, como si echaras sal a una ensalada, cada tres días.
¿Conoces otras recetas para hacer fungicidas caseros?