Si tienes un huerto, saber cómo injertar árboles frutales es uno de los conocimientos esenciales que no te pueden faltar para que puedas disfrutar de deliciosas frutas cultivadas por ti mismo.
Este es un proceso delicado que debes llevar a cabo de la forma más precisa posible para no encontrarte con la desagradable sorpresa de que el injerto no agarra y que has dañado el árbol para nada. Por eso, te vamos a explicar paso a paso cómo hacerlo.
¿Qué implica injertar un árbol frutal?
Los injertos son algo habitual en especies frutales como la higuera. Esta es una técnica hortícola con miles de años de historia, que consiste en unir partes de dos plantas diferentes para que crezcan como un solo organismo.
Una parte de la planta, generalmente una rama o yema (a la que llamamos injerto o vástago), se una a otra que actúa como base y le proporciona su sistema de raíces (el portainjerto). La conexión entre ambas se produce a través de la fusión de tejidos vasculares, lo que permite que los nutrientes y el agua fluyan desde el portainjerto hasta el injerto.
Esta técnica persigue varios propósitos:
Propagar variedades específicas
Es una forma de reproducir de una forma más exacta una variedad concreta de árbol frutal, manteniendo sus características genéticas.
Esto es importante, porque muchos árboles frutales no producen una descendencia idéntica a través de sus semillas. Por tanto, si tienes un frutal que tiene características destacadas en cuanto al tamaño o el sabor de sus frutos, aquí tienes una manera de conseguir nuevos ejemplares del mismo.
Mejorar la producción
Si unimos un vástago de alta calidad a un portainjerto que ofrece unas ventajas específicas, como una mayor resistencia frente a las enfermedades, lo que conseguimos es mejorar la producción de frutos.
Adaptar los árboles a condiciones específicas
Combinando un portainjertos resistentes con un injerto de la variedad deseada, el frutal se adapta bien a condiciones ambientales difíciles para él como suelos demasiado salinos o pobres en nutrientes, o climas extremos.
Corregir árboles frutales
El injerto también se utiliza para corregir árboles ya establecidos que no están dando frutos de buena calidad. Si conseguimos hacer un buen injerto, podemos mejorar la calidad de la fruta sin necesidad de tener que plantar un nuevo árbol.
Acortar el tiempo de producción
Los árboles frutales que se cultivan a partir de semillas suelen tardar varios años en empezar a producir frutos. En cambio, si recurrimos al injerto, como el vástago procede de una planta ya madura, conseguimos acelerar la capacidad productiva del árbol.
Crear árboles multivarietales
Si el espacio en tu huerto es reducido, el injerto de árboles frutales te permite producir diferentes variedades de frutas, o incluso diferentes tipos de frutas de la misma familia, con un solo árbol.
¿Cómo injertar árboles frutales con éxito?
Para conseguir cualquiera de las finalidades que hemos visto, es importante que el trabajo esté bien hecho. Por eso, a fin de asegurarnos el éxito, vamos a seguir estos pasos:
Elección de las partes del injerto
El portainjerto es la planta base que va a proporcionar el sistema radicular y el soporte estructural. Escoge uno que sea resistente frente a las enfermedades y las plagas; que esté bien adaptado al suelo y al clima local y que sea compatible con el vástago seleccionado.
En cuanto al injerto, esta es la rama o brote que producirá el follaje, las flores y los frutos. Selecciona uno procedente de una planta sana y productiva, de la variedad frutal que desees y que esté en estado de dormancia (que no esté creciendo en ese momento).
Herramientas y materiales necesarios
Para llevar a cabo esta tarea necesitas:
- Cuchillo para injertos o una navaja bien afilada.
- Tijeras de podar.
- Sierra (si tienes que cortar ramas grandes).
- Cinta para injertos o plástico de vinilo.
- Cera de injerto o sellador, para evitar la pérdida de humedad y la entrada de patógenos a través de los cortes.
- Alcohol o solución desinfectante para esterilizar las herramientas.
Preparación del injerto
Lo primero que debes hacer es seleccionar la época del año más adecuada para llevar a cabo esta tarea. Cuando se trata de cómo injertar árboles frutales, lo mejor es hacerlo hacia finales del invierno o principios de la primavera, cuando las plantas están saliendo de la dormancia y la savia empieza a fluir.
Para un mejor resultado, evita llevar a cabo este trabajo cuando las temperaturas sean extremas o en días lluviosos, porque esto puede afectar al asentamiento del injerto.
Desinfecta las herramientas y corta un vástago de unos 10 o 15 centímetros de largo, procurando que tenga entre dos y tres yemas saludables. Guarda el injerto en un lugar fresco y húmedo hasta que llegue el momento de seguir trabajando con él.
Tipos de injertos de árboles frutales
Tienes varias formas de llevar a cabo el injerto. Te destacamos las más comunes:
Injerto de hendidura
- Corta el portainjerto horizontalmente y deja un extremo plano.
- Haz una hendidura central de 3 a 5 centímetros de profundidad.
- Talla el vástago en forma de cuña.
- Inserta la cuña del vástago en la hendidura, procurando que los tejidos de debajo de la corteza estén en contacto.
- Sella la unión con cinta y aplica cera de injerto.
Injerto de corona
- Corta el portainjerto horizontalmente.
- Haz pequeñas incisiones verticales en la corteza.
- Talla el extremo inferior del vástago en forma de cuña.
- Inserta la cuña del vástago bajo la corteza del portainjerto.
- Fija con cinta de injerto y sella con cera.
Injerto de escudete o de yema
Es una buena elección cuando el portainjertos es joven o delgado.
- Haz un corte en forma de «T» en la corteza del portainjerto.
- Retira una yema del vástago junto con un poco de corteza.
- Inserta la yema bajo la corteza levantada del portainjerto.
- Fija y sella, dejando la yema expuesta.
Cuidados tras el injerto
Realizada esta operación, sigue estas indicaciones:
- Protege el injerto con una cubierta plástica o una bolsa transparente para retener la humedad (si estás en una zona con un clima seco).
- Riega regularmente el portainjertos.
- Tras seis u ocho semanas verifica si el injerto ha sanado. Si es así, retira la cinta y permite su crecimiento natural.
Ahora que ya sabes cómo injertar árboles frutales y que has comprobado que no es nada complicado, ¿te animas a probar esta técnica?