Con la técnica del injerto se pueden conseguir auténticas maravillas: plantas con un crecimiento más rápido, salvarle la vida a un ser vegetal que se encuentra débil, convertir un naranjo en un árbol que también da otras frutas… Y, si hablamos de las plantas espinosas que más nos gustan, con esta técnica obtendremos, además, un ejemplar único.
¿No sabes cómo injertar cactus? Entonces has llegado al sitio adecuado. Sigue el paso a paso para realizar tus propios injertos.
La técnica del injertado se realiza sobretodo durante la primavera y el verano, ya que en otoño los cactus detienen su crecimiento y, por lo tanto, no nos iría bien. Para hacerlo, sólo necesitas escoger un cactus columnar, como el Myrtillocactus geometrizans o el Echinopsis pachanoi, para que haga de portainjerto. Una vez lo tengas, hazle un corte vertical hacia abajo (en la mitad superior) y deja que la herida cicatrice por una semana.
Pasado ese tiempo, es momento de unir la planta espinosa que quieras con el portainjerto. ¿Cómo? Muy sencillo: al injerto, es decir, a la planta que va a ir unida, tienes que hacerle un corte, también vertical, quitándole de esta manera las raíces.
Injertando cactus se pueden obtener plantas con formas y colores asombrosos, como el que ves en la imagen superior. Los Gymnocalicium tienen mucha tendencia a cambiar sus colores por la pérdida de clorofila cuando se usan como injertos, algo que sin duda llama mucho la atención.
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