El tener un suelo de una buena calidad dependerá el que podamos disfrutar de cultivar plantas. Es especialmente importante en el caso de que queramos tener un huerto, pues a mayor calidad de la tierra, mayor y mejor producción tendremos. A veces es necesario tener que mejorarla, pues nuestro suelo de jardín presenta unas características que podrían dificultar el cultivo.
Por ello, para saber qué tipo de tierra tenemos, será recomendable hacer un par de observaciones que te contaremos a continuación.
Índice
¿Cómo diferenciar un suelo pobre de un suelo bueno?
Un suelo pobre presenta las siguientes características:
- Tiene mucha tendencia a compactarse, dificultando el drenaje del agua
- Facilidad para erosionarse
- Si está muy, muy seca, puede presentar grietas más o menos profundas
- Son tierras arcillosas y calcáreas (de color marrón claro), con poca o muy poca materia orgánica
Este será el que debamos modificar.
En cambio, un suelo bueno/fértil presenta las siguientes características:
- Es de color marrón oscuro-negro, señal de que tiene mucha materia orgánica
- está ligeramente húmedo. Esto se puede comprobar si, al coger un puñado, al volver a echar la tierra al suelo, se queda un poco en las manos
Mejorando la calidad del suelo
Una vez que hemos identificado el tipo de tierra de jardín que tenemos, podremos ponernos manos a la obra (si es que hiciera falta, claro). Para mejorar el suelo pobre sólo necesitamos:
- Sacos de abono orgánico (estiércol de caballo, humus de lombriz,… lo que prefiramos)
- O bien sacos de turba negra ya enriquecida
Aconsejamos usar abono orgánico, porque si bien el olor puede resultar algo desagradable para algunas personas, es mucho más natural que los sacos de turba que ha sido abonada. Así se evita el riesgo de dañar la fauna que se pueda encontrar en el suelo. Además, el olor desaparecerá en poco tiempo.
Hay 4 maneras de mezclar el abono con la tierra:
- Echar el abono directamente sobre la tierra
- Mezclar nosotros el abono con la tierra
- Quitar una capa de tierra (de unos 20cm -o más si se quiere- de todo el terreno) y echar el abono
- O bien, a la hora de hacer agujeros de plantación, rellenarlos con tierra nueva y abono
Así, podrás ver crecer tus plantas sanas y fuertes.
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