El uso excesivo de fertilizantes químicos tóxicos no solo perjudican a las plantas (y también a nosotros si nos las comemos), sino que además hacen mucho daño al suelo. El efecto es el mismo que el que provoca la erosión: la pérdida de la fertilidad. Una vez que se pierden los nutrientes, no hay ni un solo ser vegetal que pueda crecer en él.
Puede que te resulte un tanto curioso, pues al final y al cabo con los fertilizantes se pretende que un terreno tenga más nutrientes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que bajo el suelo que pisamos hay todo un ecosistema (insectos, hongos, bacterias, etc.) que, con el uso de estos productos, se ve seriamente perjudicado. Por eso, te vamos a explicar cómo mejorar la fertilidad del suelo.
Abonar con productos orgánicos
Hay muchas cosas que podemos hacer, pero vamos a empezar con lo básico: cada vez que tengamos que abonar las plantas usaremos productos naturales, es decir, orgánicos. Con ellos, conseguiremos tener un suelo mucho más rico, y eso se verá reflejado en las propias plantas.
Algunos ejemplos de estos abonos son: guano, estiércol de animales herbívoros, compost, mantillo, bolsitas de té, o cáscaras de huevo y de plátano. También es muy recomendable enterrar la hierba cortada, especialmente si son leguminosas ya que estas son ricas en nitrógeno.
Plantar plantas que se adapten al clima
Una de las cosas que a veces hacemos los humanos -entre los que me incluyo- es pensar primero en la planta que nos gusta y luego en las características del terreno y del clima que tenemos. Y esto es un error.
Pero, ¿en qué afecta eso a la fertilidad del suelo? Puede afectar si plantamos plantas que necesitan muchos nutrientes, como los eucaliptos, los Ficus, o incluso los pinos entre otros, en un terreno pobre. Por eso, lo más recomendable siempre será escoger plantas autóctonas, cuyo sistema radicular sabemos de antemano que será »respetuoso» con la tierra.
Usar sistemas de riego por goteo
Son los mejores, puesto que como el agua va cayendo en forma de gota el terreno puede absorberla mucho más fácilmente. Cuando cae en forma de chorro, y además uno con mucha potencia como el que sale de la manguera, no nos damos cuenta pero podríamos romper la primera capa del terreno, erosionándolo.
Además, con el riego por goteo se evita, no solo la erosión, sino también la pérdida de agua.
No hacer quemas
Cuando se tiene una montaña de hierba o de restos de poda yo entiendo perfectamente que apetece quitársela de en medio lo antes posible, sobretodo si el jardín es más bien pequeño. Pero, ¿qué tal convertirla en abono? Es una manera de aumentar la fertilidad del suelo sin dañarlo en absoluto.
Todos los nutrientes que contienen irán hacia él, consiguiendo que las plantas luzcan preciosas. Así que si quieres hacer cómo hacer compost, solo tienes que hacer clic aquí.
Tratar las plagas y las enfermedades con productos naturales
Una planta bien regada y abonada difícilmente se verá afectada por plagas y enfermedades; aún así, esto no significa que no pueda ocurrir. Por eso, cuando eso pase lo más recomendable será usar productos naturales para tratarlas.
Aunque por supuesto también se puede hacer algo para evitar problemas, como por ejemplo colocar trampas adhesivas cromáticas (amarillas y azules) para controlar insectos como los pulgones o la mosca blanca, o plantar plantas repelentes de insectos (lavanda, romero, entre otras).
Con estos consejos, ya verás como aumentarás la fertilidad del suelo y la calidad de las plantas cultivadas.