El árbol de pera o peral es uno de los frutales más habituales en la zona Mediterránea, porque resulta sencillo de cuidar y se adapta muy bien a los climas templados.
Si tienes un ejemplar en tu huerto o en el jardín de casa y quieres que dé más frutos, presta atención a los consejos de cuidado que te vamos a contar.
¿Cuál es el hábitat ideal para un árbol de pera?
Aunque la mayoría de los frutales son relativamente adaptables a diferentes condiciones climatológicas, todos ellos son más productivos cuando están en un entorno que encaja a la perfección con su hábitat natural.
En el caso de los perales, el clima ideal para ellos es aquel que se caracteriza por:
- Clima templado con estaciones bien marcadas, en el que los inviernos son fríos y los veranos moderadamente cálidos.
- Según la variedad de que se trate, puede necesitar que las temperaturas invernales estén por debajo de los 7º C durante una tiempo para poder florecer mejor durante la primavera.
- Si los veranos son demasiado calurosos o secos esto puede afectar al tamaño de los frutos y de las hojas, así como a la calidad de las peras.
- Aunque es un árbol que soporta bien el frío, las heladas tardías pueden afectarle nocivamente si ya ha florecido.
Por lo que respecta a su hábitat, este árbol prefiere:
- Suelos profundos, sueltos y bien drenados en los que pueda extender sus raíces.
- Que el pH del suelo esté entre 6 y 7,5.
- Recibir una buena cantidad de horas de luz para producir buena fruta.
- Estar protegido de las corrientes de aire para que ni sus ramas ni sus flores resulten dañadas.
¿Cómo podemos aumentar la producción del árbol de pera?
Si quieres que tu árbol dé más frutos y que estos sean de la máxima calidad, toma nota de lo que debes hacer:
Elige una buena ubicación
Planta el árbol es una zona en la que reciba luz solar de manera directa un mínimo de seis horas cada día. Porque, como ocurre con todos los frutales, es la luz solar la que favorece la floración y el desarrollo posterior del fruto.
Cuida la calidad del suelo
No importa si plantas el peral en maceta o directamente en el suelo, lo importante es que utilices un suelo de calidad.
Procura que haya profundidad suficiente como para que las raíces puedan extenderse bien. Además, asegúrate de que es un suelo con una buena capacidad de drenaje y que cuenta con los nutrientes necesarios para que al árbol no le falte alimento.
Puedes enriquecer el suelo con un poco de compost orgánico o estiércol bien curado.
Poda correctamente
La poda no solo influye en el desarrollo del árbol, también en su capacidad para dar frutos.
En este caso debes trabajar tanto la poda de formación (mientras el árbol es joven) como la poda de mantenimiento.
Asegúrate de eliminar ramas secas, las que estén enfermas y también las que crecen cruzadas entre sí. El objetivo es sanear y favorecer la entrada de luz y de aire al interior del árbol.
Si controlas el crecimiento excesivo te aseguras de que el árbol desarrolle más yemas fructíferas que darán más frutos.
Controla el riego
Si en tu zona llueve de manera regular no tendrás que preocuparte mucho por el riego del árbol de pera. En caso contrario, asegúrate de regar de forma habitual, especialmente en la época de floración y desarrollo del fruto.
Una buena manera de asegurarte de que al árbol no le falta agua es instalar un sistema de riego por goteo. Esto le suministra una humedad constante a las raíces, pero no las encharca.
Favorece la polinización
Para que haya frutos las flores deben ser polinizadas. En la mayoría de los perales es necesaria una polinización cruzada, es decir, que tiene que haber otro peral compatible cerca.
A fin de facilitar la polinización intenta atraer a insectos como las abejas. Esto lo puedes conseguir plantando cerca del peral plantas que las atraen, como la lavanda o las caléndulas. Además, procura no usar en exceso los pesticidas durante la floración.
Haz una fertilización inteligente
Con la fertilización, tanto el exceso como el defecto se pueden convertir en un problema para los árboles frutales. En este caso, lo más adecuado es aplicar un fertilizante equilibrado al inicio de la primavera. Se trata de un producto con cantidades homogéneas de nitrógeno, fósforo y potasio.
Una vez que el fruto se está formando, pasa a un fertilizante que tenga menor cantidad de nitrógeno y mayor de potasio. Así te aseguras peras de tamaño más grande y de más calidad.
Controla las plagas y las enfermedades
Los árboles frutales son sensibles a la acción de insectos como los pulgones o la carpocapsa, y de enfermedades como el fuego bacteriano.
La mejor defensa es una buena prevención, así que aplica tratamientos preventivos lo más ecológicos posible y asegúrate de revisar el árbol con frecuencia para detectar cualquier tipo de infección o infestación antes de que sean graves.
Sé paciente
Seguro que estás deseando disfrutar de peras cultivadas en tu propio huerto o jardín, pero en este caso las prisas no son buenas.
Los árboles frutales tardan unos años en estabilizarse y en dar frutos de buen tamaño y de calidad. Durante los primeros tres o cinco años el árbol concentra toda su energía en crecer y desarrollarse, por lo que sus frutos no son nada del otro mundo.
Es a partir del quinto año cuando vas a notar un gran cambio tanto en la cantidad de fruta conseguida como en la calidad de la misma. Si, además, sigues los consejos de cuidado que hemos visto, estamos seguros de que vas a acabar disfrutando de unas peras espectaculares.
El árbol de pera es muy agradecido y, con unos mínimos cuidados, te dará unos cuantos kilos de fruta cada año. Cuídalo bien y tendrás un ejemplar bonito, vigoroso y muy fructífero. ¿Ya has probado suerte con un peral en casa? Nos gustaría conocer tu experiencia a través de los comentarios.