Las suculentas, tanto los cactus como las crasas, son aquellas plantas que viven en lugares donde las precipitaciones son escasas que ha tenido que ingeniárselas para absorber de algún modo el agua del rocío y poder así sobrevivir. Debido a ello, es fácil que hoy en día nos las encontremos a la venta en los viveros y tiendas de jardinería.
Son fáciles de cuidar, ya que con riegos y abonados regulares podemos disfrutar de sus maravillosas flores antes incluso de lo que nos podemos llegar a imaginar, pero… ¿cómo podar suculentas?
La poda de suculentas se hace con el objetivo de multiplicar las plantas o bien de controlar su desarrollo. Así, por ejemplo, si tenemos una Opuntia que ha crecido demasiado, se le pueden cortar algunas pencas (hojas) para tenerla más bonita, y luego plantar dichas pencas en macetas o en otros rincones del jardín para conseguir así nuevos ejemplares.
Para podarlas, lo cual haremos en primavera, necesitaremos unas tijeras normales (nos sirven las que usan los niños para cortar papel), o bien una pequeña sierra si la planta en cuestión tiene los tallos con un grosor de 0,5cm o más. Independientemente de la herramienta que usemos, es importante que la desinfectemos antes y después de su uso con alcohol de farmacia, pues aunque sean plantas resistentes siempre es mejor prevenir que curar.
Una vez tengamos la herramienta y la planta, colocaremos la primera lo más cerca posible del tallo y cortaremos. De esta manera, conseguiremos un esqueje bien bonito y sano. Antes de plantar el esqueje en una maceta o en el jardín, dejaremos secar la herida unos 10 días en una zona donde no le dé el sol de manera directa, y luego lo plantaremos.
El tiempo de enraizamiento dependerá de la especie, pero por lo general en 10-15 días empiezan a emitir raíces. Tan sólo tendremos que tener un poco de paciencia y mantener húmedo (pero no encharcado) el sustrato o tierra.
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