Cómo quitar la cal del agua para regar plantas

La cal del agua es perjudicial para muchas plantas

¿Sabías que la cal del agua puede ser la causante de que tus plantas tengan las hojas cloróticas, o de esos puntitos blancos que ves en la superficie del sustrato o en la cara interna de la maceta? Por eso se recomienda tomar algunas medidas, ya que de lo contrario el día menos pensado tendrías que desechar la planta y la tierra, y limpiar a consciencia el recipiente.

Conocer cuáles son esas medidas es muy importante, especialmente cuando se tienen plantas que no la toleran, como las camelias o las azaleas. Pero también es aconsejable llevarlas cabo cuando la calidad del agua es tan mala que no se puede beber. Así que voy a explicarte cómo eliminar la cal del agua para regar plantas.

¿Cómo se elimina?

El agua puede ser ácida, neutra o alcalina dependiendo de su pH

La cal del agua, en su justa medida, es beneficiosa para las plantas; no en vano, todas necesitan un mínimo de calcio para realizar sus funciones. Pero cuando hay demasiada, hay que actuar si no queremos echarlas al montón de compost.

Y es que, como siempre se ha dicho, más vale prevenir que curar. Para ello hay que saber que hay varias formas de eliminarla, o al menos de reducirla, y son:

Utilizar un descalcificador de agua

Es la opción más fiable. Hoy en día hay modelos sencillos de montar y a buen precio. Por ejemplo, tienes este que es un filtro que se adapta al grifo y que cuesta solo 15 euros. Pero eso sí, el agua tiene mucha cal, te recomiendo limpiarlos con frecuencia, varias veces por semana; de esta manera te serán útiles por más tiempo.

Llenar una olla y esperar

Es un truco sencillo y muy fácil, pero requiere paciencia. Simplemente hay que llenar una olla y esperar un par de días para la cal se deposite en el fondo. Pasado ese tiempo se coge el agua con un cazo de la mitad superior, sin hacer movimientos bruscos.

Congelar y descongelar

Otra forma de conseguir un agua apta para el riego es llenando una botella y metiéndola en el congelador durante 24 horas. Una vez transcurrido ese tiempo, se saca y se verá que la cal se precipita hacia abajo; será entonces cuando se podrá usar para regar pero solo la mitad superior.

Echar vinagre o limón

Los limones ayudan a bajar el ph del agua

Tanto el vinagre como el limón son ácidos, y cuando se echa en el agua esta cambia. Pero hay que saber que actúan sobre el pH, disminuyéndolo. ¿Qué es el pH? Es el grado de acidez que tiene algo, ya sea el agua, la tierra, nuestra piel,… en fin, cualquier cosa. Se mide en una escala de 0 a 14, siendo 0 muy, muy ácido, y 14 muy, muy alcalino.

Muchas de las plantas que cultivamos, sobre todo en interior, necesitan un pH neutro (es decir, de 7) o ligeramente ácido (6-6.5). Cuando las regamos con un agua que tiene una gran concentración de cal, que es también un agua muy alcalina, las hojas amarillean, quedando los nervios verdes. ¿Por qué?

Porque el hierro y/o el manganeso no está disponible para ellas, está/n bloqueados. Puede que la tierra contenga esos nutrientes, pero el pH es tan alto que no pueden absorberlos. Así, se debe de bajar el pH con unas gotas de limón o de vinagre (la cantidad exacta va a variar dependiendo de cuán alto sea el pH, por eso tienes que usar un medidor de pH y comprobarlo).

No funciona hervir el agua y dejar reposar

Se tiene la creencia de que si se llena una olla con agua y se poner a hervir la cal se eliminará. Esto es lo que se suele hacer en aquellos lugares donde se utiliza para cocinar por ejemplo. Pero no es realmente útil para regar las plantas porque cuando el agua hierve lo que ocurre es que parte de esa agua se evapora, pero la cal sigue estando. Por consiguiente, es como si no hubiésemos hecho nada.

¿Cuáles son los problemas que da el exceso de cal a las plantas?

La clorosis es un problema común en las plantas

Imagen – Wikimedia/Pierre.hamelin // Hortensias con clorosis férrica.

Ahora que sabemos cómo podemos eliminar la cal, veamos por qué es importante quitarla. Y es que un exceso de cal puede hacerles mucho daño, por ejemplo puede tener:

  • Hojas cloróticas: lo hemos hablado ya, la falta de accesibilidad de algunos nutrientes (hierro y manganeso son los más comunes) hace que las hojas amarilleen y que las plantas pierdan fuerza. En este caso, tenemos que bajar el pH del agua con limón o vinagre, y abonarlas con fertilizantes para plantas ácidas (en venta aquí). Más información.
  • Puntitos o manchitas blancas en las hojas: cuando el problema aún no es demasiado grave pero sí preocupante, en la superficie de las hojas se acumularán granitos de cal. Si además usamos esa agua para pulverizar/rociar la planta, se pueden formar manchas que desaparecen simplemente pasando un trapo húmedo.
  • Obstrucción de los poros de las hojas y raíces: cuando se usa un agua con una gran concentración de cal los poros, primero de las raíces y luego también del resto de la planta, se »taponen». Si ocurre, las hojas caerán y las raíces morirán. Para corregirlo, lo más recomendable es cambiarle la tierra y empezar a regar con un agua pobre en cal.
  • Presencia de cal en la tierra y en la maceta: en la tierra veremos como puntitos blancos que no se mueven; y en el recipiente es posible llegar a ver manchas blancas que no son más que granitos que se han ido acumulando en la zona. Mientras sea poca cosa no hará falta cambiarle el sustrato, pero sí hay que regar con un agua que tenga menos cal. Si nos preocupa, entonces sí sería mejor sustituirle la tierra por otra también.

Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles para regar tus plantas con una mejor agua.


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