Lo primero que sabemos de ella es que la planta del aloe vera es una de las más apreciadas en los hogares debido a las propiedades medicinales que se le atribuyen y a sus cualidades para ser utilizada en el ámbito de la cosmética y la belleza. Pero, además, el aloe destaca porque es muy resistente y esto es una suerte dada la magnificencia de una planta como esta. No obstate, no es inmortal ni tampoco inmune y, si lo cuidas mal, enfermará. Un aspecto vital es el agua. ¿Cómo saber si mi Aloe vera tiene problemas de exceso de agua? Veamos.
Lo hemos visto en otras especies vegetales que el exceso de agua es muy dañino para la flora, porque expone a las raíces a la pudrición, además de atraer hongos y parásitos varios, sin olvidarnos de los insectos que aman las humedades. Por eso, en el aloe, como en otras especies de plantas, el exceso de agua hay que evitarlo.
¿Cómo afecta el exceso de agua a mi Aloe vera?
Si el cúmulo de agua, salvo muy contadas excepciones, nunca es aconsejable, en el caso del aloe vera menos que en otras plantas. El motivo lo encontramos en la propia tipología de las plantas, pues los estudiosos nos han enseñado a ver que el aloe vera es una planta suculenta.
Como ya sabrás a estas alturas, porque lo hemos explicado muchas veces en nuestro blog, las suculentas están adaptadas para almacenar agua en sus hojas y en su tallo. Están hechas para climas secos y para soportar la sequía, de modo que el exceso de agua es algo que las coge desprevenidas.
Su tendencia natural a acumular agua, hace que el exceso de riego multiplica desorbitadamente su agua acumulada y que esté más sensible a los problemas de salud, principalmente, a la pudrición de las raíces.
¿Por qué mi aloe vera está sufriendo un exceso de agua si apenas riego?
El riego es la principal causa de los problemas del aloe vera pero hay otras causas como, por ejemplo, que el sustrato sea inapropiado y no consiga absorber el exceso de humedad o que la maceta donde lo tenemos sembrado tenga poco drenaje. Bastará con hacer unos orificios en el macetero o cambiar la maceta a otro espacio con mayor drenaje.
¿Realmente tu aloe vera tiene demasiada agua?
Te parece que sí. Tienes serias sospechas de que tu aloe vera está acusando el exceso de riego o, en cualquier caso, la acumulación de agua y un mal drenaje que hace que esta no se absorba como es debido.
Para confirmar tus sospechas, aquí van unos síntomas que debes observar detenidamente en tus plantas de aloe vera:
Ha perdido color
El aloe vera ha perdido color. Ya no luce verde, sino amarillento. Incluso es posible que estas hojas terminen adquiriendo un desagradable tono marrón. Es debido a que sus células se han colapsado de tanta agua y la planta no es capaz de reponerse. Se está marchitando o, más bien, se está pudriendo.
Las hojas de pusieron blandas y parecen casi transparentes
Las hojas blandas y translúcidas en una planta de aloe vera tiene un significado similar al de las hojas sin color. El agua está detrás de todo. Recuerda que sus hojas están diseñadas para acumular agua, pero llega un momento en el cual se satura y ya no le cabe más líquido. Esta apariencia es un síntoma precisamente de este problema.
Sencillamente las hojas se están pudriendo. Pon remedio de inmediato, evitando regar tanto, para que no se acumule tanta agua dentro de sus hojas.
Raíces podridas
Efectivamente, las raíces podridas son otro mal frecuente entre las plantas y, sobre todo, cuando tienden a ser de secano y nosotros las tratamos como si necesitarán agua.
Busca las raíces y observa si las raíces están sanas. Si regaste demasiado es probable que las raíces estén sufriendo las consecuencias. Cuando esto ocurre, la planta tiene pocas expectativas de seguir viviendo.
El aloe no crece
Cuando una planta interrumpe su crecimiento es que algo está sucediendo. Una planta deja de crecer porque para su crecimiento necesita oxígeno. Si hay mucha agua, esta no deja lugar al oxígeno y la planta no puede desarrollarse. ¿Tu aloe no crece? ¡Reduce el riego!
Hongos y moho
El indicio más visible y claro de que un aloe vera ha sido regado demasiado es que le apareció moho. Esto aplica a cualquier planta. El moho nunca deberíamos encontrarlo en una maceta.
Regé demasiado mi aloe, ¿hay solución?
Si te diste cuenta a tiempo, tal vez puedas salvar todavía tu planta de aloe vera. Eso sí, te va a costar hacerlo. Será un proceso laborioso el que tendrás que iniciar y lo antes posible. Haz lo siguiente:
- Saca la planta de aloe vera de la maceta.
- Corta la parte de las raíces que estén mal. Si están decoloradas y blandas elimínalas. Tienes que cortar usando unas tijeras desinfectadas y con cuidado de no causar más daño.
- Deja la planta al aire para que las raíces se sequen. Con unas 24 horas será suficiente.
- Mientras se va secando la raíz, ve preparando una nueva maceta, con sustrato limpio y que tenga buen drenaje. ¡No rieges!
- Espera un tiempo prudencial antes de regar. Como mínimo, deja que pase una semana.
- De los errores se aprende, ¿o acaso tú no? Eperamos que sí, de modo que, a partir de ahora, tendrás que evitar regar tu aloe vera tan a menudo y, cuando lo hagas, suministrarle poca agua.
- Asegúrate de que el sustrato que le has puesto sea bueno y tenga un drenaje suficiente para evitar que el agua se acumule de nuevo.
Cuida bien de tu aloe vera. Ahora que descubriste cómo saber si tu Aloe vera tiene problemas de exceso de agua, te será más fácil evitar regarla demasiado y podrás lograr que tu ejemplar crezca más sano y bonito. El secreto está en regarlo cuando lo necesite, única y exclusivamente. Nunca regar pensando que más vale pasarse que quedarse corto, pues en jardinería esta afirmación puede provocar la muerte de muchas plantas.