Las plantas que conocemos como »de interior» son unos seres vegetales muy sensibles al frío. Al ser originarias de las selvas tropicales y subtropicales del mundo, una temperatura que esté cerca o por debajo de los 10 grados centígrados las perjudica seriamente. Por esto, es muy importante mantenerlas protegidas lo máximo posible durante el otoño y especialmente el invierno, ya que de lo contrario será muy probable que no lleguen a la primavera.
¿Cómo saber si una planta de interior ha pasado frío? Si tenemos alguna y nos preocupa cómo amanece un día, podremos averiguar qué le ha pasado si observamos detenidamente sus hojas.
Síntomas de frío en las plantas
Las hojas son una parte de las plantas donde más nos tenemos que fijar cada vez que creamos que tienen algún problema, pues en la mayoría de los casos, son las primeras en mostrar síntomas. Si han pasado frío, los síntomas o daños que veremos son los siguientes:
- Necrosamiento de las hojas, empezando por las puntas y extendiéndose rápidamente por el resto.
- Amarilleamiento de las hojas, apareciendo de un día para otro.
Y, también, podría tener los tallos o troncos negros o podridos.
Recuperación de una planta de interior que ha pasado frío
Para recuperar una planta de interior (o de exterior) que ha pasado frío, lo que tenemos que hacer será cortar con unas tijeras previamente desinfectadas con alcohol de farmacia todas las partes amarillas y necrosadas que haya. Debemos cortar sólo el tejido dañado, dejando lo sano (verde en el caso de las hojas, duro y firme en el caso del tallo o tronco).
Por último, tenemos que tratarlas con fungicidas (en spray). ¿Por qué? Porque una planta débil es muy vulnerable a los hongos, unos microorganismos que podrían acabar con ella en cuestión de días. Asimismo, debemos de colocarlas en una habitación lejos de las corrientes de aire, para que puedan salir adelante.
Así, tendremos muchas posibilidades de recuperar nuestras plantas de interior 🙂 .